El defensa Víctor Laguardia, que jugará la próxima temporada con el Deportivo Alavés (Segunda División), se despidió del Real Zaragoza convencido de que el club aragonés saldrá adelante porque su historia y su grandeza pesa "mucho más que cualquier dificultad" que se pueda presentar. El central aragonés finalizó contrato el pasado 30 de junio con el Zaragoza y, tras no haber recibido una oferta de renovación, decidió comprometerse con el conjunto vasco para la próxima temporada.

En la página web del club aragonés aparecía ayer una carta de despedida de Laguardia, en la que el jugador asegura que este adiós no es definitivo porque nunca podrá irse del todo de la casa en la que se ha criado y formado como persona y como futbolista y en la que ha podido cumplir "el sueño de defender la elástica blanquilla con el escudo del león rampante en el pecho".

DIFÍCIL DECISIÓN Su marcha del Real Zaragoza, Víctor Laguardia la define como la decisión "más difícil, compleja y madurada" de su vida, debido a la "infinidad de sentimientos e ilusiones" que deja atrás, y añade que se ha enfrentado a una de las etapas "más complicadas" de la historia del cuadro aragonés con la cabeza alta, orgulloso de defender esa camiseta, y "con la garra" que el zaragocismo le ha imprimido desde niño.

Víctor Laguardia recuerda en su despedida a todos los empleados del club aragonés, a médicos, fisioterapeutas y preparadores físicos, a los entrenadores y a los compañeros y, en especial, a la afición por su "apoyo incondicional" y porque siempre le dio la fuerza "física y mental" necesaria para salir adelante en su peor momento, cuando se recuperaba de una grave lesión de rodilla en el año 2009.

"Estoy seguro de que el Real Zaragoza saldrá adelante, porque su historia y su grandeza pesa mucho más que cualquier dificultad que se presente", añade el futbolista aragonés, quien comparte con todos los zaragocistas la frase: "Y entre los muertos siempre habrá una lengua viva para decir que Zaragoza nunca se rinde...".