El disgusto de la derrota en El Molinón abrió una semana repleta de debates en el Real Zaragoza. No han quedado ya dudas sobre la importancia de Mario en el equipo y su positiva influencia ante los movimientos transversales de la defensa, así que el central tinerfeño regresa tras superar su lesión en la cresta ilíaca en una tarde que puede incluir cambios considerables respectivos a las últimas semanas: Diogo, Pedro y Eldin. Sobre casi todo se ha litigado, quizá en exceso, esto días. Y sin embargo Rubén, seguramente el más castigado por la crítica tras sus tres errores en Gijón, es muy probable que se mantenga en el once inicial. Con Vallejo de periplo griego, el único recambio factible sería Cabrera, que ha logrado alterar la conocida fragilidad en la banda izquierda, a la que tendría que regresar Rico.

Al otro lado se frota las manos hace días Diogo, consciente de que su oportunidad está al caer. El rendimiento de Fernández ha ido bajando y, pese a que en el Comité de Apelación le fue retirada la suspensión de un partido, puede sentarse por primera vez en el banquillo. Víctor Muñoz lo tenía decidido hasta que llegó el perdón y no quiso desdecirse en rueda de prensa.

Por delante parece segura la entrada de Pedro, el futbolista de banda más diferente que tiene en la plantilla. No solo es el más sacrificado en la ayuda sino que es el más combinativo con el balón, una carencia evidente del Zaragoza, que no consigue gobernar los partidos cuando ejerce el dominio y sufre si el rival le regala espacio.

Además, también es probable la vuelta de Eldin, que fue sustituido en el choque ante el Tenerife y calentó banquillo en El Molinón. Su entrada provocaría la salida de Javi Álamo y el regreso de Jaime Romero a su condición de revulsivo. Los dos de arriba, de momento, son intocables.