--¿Para usted, como aragonés, entrenar al Zaragoza supone un reto mayor que si fuera otro equipo?

--Sí, porque quiero conseguir éxitos con el Real Zaragoza y para eso se necesita tener un buen equipo. Ahora mismo el éxito es alcanzar la permanencia y ése es nuestro objetivo principal. Más adelante habrá que intentar hacer un proyecto más ambicioso. Mi meta es estar mucho tiempo aquí.

--Pero usted mejor que nadie sabe que ser profeta en esta tierra es muy complicado.

--A mí me costó mucho llegar a jugar en el Zaragoza, porque tuve muchas criticas, y conozco perfectamente el pensamiento de la afición aragonesa. En su momento hubo incluso muchas dificultades para que los jugadores de la cantera subieran al primer equipo. Pero creo que todo esto ha cambiado. Ahora estamos en la época de las nacionalidades y ser de un sitio se valora mucho más. Eso es una ventaja para mí.

--¿Le sorprendió que el Zaragoza se fijara ahora en usted?

--Sabía que la gente del club buscaba un perfil determinado de entrenador, algo que en el fútbol debería ocurrir más habitualmente, y por eso estoy ahora aquí.

--¿Qué puede aportar al equipo?

--Voy a poner al servicio del equipo todos los conocimientos que he adquirido como jugador y como entrenador. Creo que me he preparado a fondo para trabajar dentro del fútbol y era una pena no poder demostrar mi capacidad. Para mí trabajar como técnico es algo vocacional, porque a los 17 años me hice entrenador y a los 18 ya tenía el título regional. Además también hice una carrera vinculada a la preparación física y al fútbol. He estado un año parado, que a veces también va bien, pero ahora ya tenía ganas de volver a entrenar y más a un equipo como el Zaragoza. que es algo especial para mí. Antes había tenido otras ofertas, pero no de la entidad del equipo que pretendía entrenar.

--¿Cuál es su filosofía del fútbol?

--Mi objetivo es ganar haciendo buen fútbol, pero concibo el fútbol como un deporte en el que muchas veces ganar, incluso jugando mal, da confianza y seguridad a los futbolistas, lo que te lleva a jugar bien.

--¿Ha notado que la afición lo ha recibido con los brazos abiertos?

--He notado el cariño y el afecto de la gente, pero esto me hace sentir todavía más responsabilidad. Mi actitud va a ser de la máxima profesional y de la máxima dedicación.

--Pero también sabe que es una afición bastante exigente.

--Eso ya lo sé. Esta afición quiere ver buen fútbol, siempre ha sido así.

--Lo que sucede es que en la actual situación del equipo lo único que vale es ganar.

--Lo primero siempre es ganar, pero el método para ganar es jugar bien al fútbol. Lo que sucede es a veces hay que sacrificar lo de jugar bien al fútbol y centrarse en ganar.

--El problema es que ahora tienen menos margen de error que estando en una situación más cómoda.

--Pero no por eso hay que ser pesimista. Hay que tener responsabilidad, pero no miedos. A partir de esta jornada nos jugamos en 18 jornadas un posible descenso a Segunda División o dejar al Zaragoza en Primera, que es donde se merece estar, y por eso debemos actuar con una máxima responsabilidad, pero sin miedos. Hay que saber vivir con esa ansiedad de buscar el resultado y ganar. Ante el Mallorca debe haber tensión, pero sin amedrentarnos.

--¿Cómo se ha encontrado a los jugadores?

--Los he visto tristes, pero es normal. Se ha producido un cambio de entrenador y ahora mismo el equipo se encuentra en posición de descenso. La victoria ante el Barcelona en la Copa, en un partido que debió finali-