Estaba ayer la mañana de La Romareda bañada de un sol primerizo que tostaba y adormecía, con un entrenamiento de fondo de esos que puede que digan mucho para el cuerpo técnico, pero que para el resto de los mortales apenas tienen sustancia alguna. Tiros a puerta, remates a la estratosfera y un grupo de colegiales y algún que otro curioso aplaudiendo que el balón entrara a la red con cierta espectacularidad. Nada nuevo en el universo, ni siquiera un ápice de la tensión que provoca ver al equipo tan cerca del abismo. Los jueves de siempre más o menos. Como hace tiempo que Víctor tiene un once intocable, los preparativos del partidillo se siguieron sin excesivo entusiasmo, con la única por perenne duda de si el elegido para ocupar la banda derecha contra Osasuna sería Galletti o Cani. Esta vez dio la impresión de que le toca al argentino, pero mejor no fiarse ni un pelo. Así estaba la mañana de plácida y soleada, de invitación a la piel morena y a despejar a la mosca feliz entre la montaña de porquería que se acumula en el viejo, cutre y casposo estadio municipal, hasta que por la rendija del sopor se coló una visión inédita: el entrenador le daba peto naranja, traje de titular, a Soriano y no a Ponzio.

El revuelo no adquirió tonalidad de revuelta, pero introdujo una nota de enorme consideración por su significado: será la primera vez en la era Víctor Muñoz que Fernando Soriano salga desde el principio. El entrenador se preocupó de no disimular en momento alguno que el centrocampista ha sido reclutado para la gran batalla después de 15 jornadas (desde que fue destituido Paco Flores) sin contar con él. Habló con el jugador, le dio indicaciones y, al final del ensayo, le puso a prolongar lanzamientos de corners botados por Savio y Movilla, con la intención de aprovechar su estatura.

Un ratito contra el Valladolid, medio tiempo frente al Sevilla y unos minutos en Albacete había sido su aportación en este periodo. ¿Por qué cambia Víctor de opinión y deja fuera a Ponzio, uno de sus preferidos? ¿Por qué ahora y no antes el aragonés junto a Movilla? El motivo tiene más de táctico que de cambio brusco de preferencias, aunque dado el rendimiento del suramericano, Soriano podría haber vuelto mucho antes.

El componente de interés puntual por el canterano está justificado en la estructura del rival, en su estilo de corte inaccesible que aún le mantiene cerca de la clasificación para la UEFA. No mete goles ni se los meten, pero teniendo en cuenta que se maneja bien en el juego aéreo con futbolistas sobrados de centímetros, Víctor ha decidido que la altura de Soriano es una baza imprescindible para derribar el muro navarro.

FUTBOLISTAS FISICOS Soriano, quien se mostró cauto sobre su alineación este domingo pese a las evidencias, sabe que el conjunto de Javier Aguirre vuela alto en gran parte porque tiene futbolistas "que dominan el juego por arriba y porque son muy físicos". El centrocampista evitó cualquier gesto o palabra de euforia por su regreso. "Es una decisión que tomará el míster. El equipo que juega el jueves suele coincidir con el que sale el domingo, pero habrá que esperar. Personalmente estoy deseando estar en el once. Si se da el caso voy a intentar hacerlo lo mejor posible", dijo el zaragozano.

Soriano admitió que le falta ritmo "después de casi dos meses y medio sin jugar" y que su participación en los dos últimos encuentros le han servido "para coger la forma otra vez". Habló de que el equipo está "unido" y reconoció que el choque ante Osasuna "es a vida o muerte". Allí estará él, reclutado para el frente a última hora.