Victoria concluyente en Riazor para empezar su defensa del título de Liga. Sin el sancionado Cristiano Ronaldo ni el asombroso Asensio en la formación inicial, el Madrid volvió a golear al Deportivo sin necesidad de dar lo mejor de sí mismo. Un triunfo de carril edificado sobre todo en las facilidades del equipo gallego, que tampoco tuvo el acierto indispensable cuando tuvo oportunidad de golpear. Bale se enganchó a la dinámica optimista del conjunto blanco con gol y asistencia, y Casemiro y Kroos completaron la nómina anotadora.

La empresa pudo haber sido mucho más complicada si Andone llega a aprovechar una de las dos clarísimas ocasiones que tuvo ante Keylor Navas antes de que se cumplieran diez minutos de partido. Carvajal primero y Ramos después se durmieron a la hora de atajar sendos pases sobre el delantero rumano, que se plantó ante el portero madridista, quien evitó que a su equipo le bloquease la perplejidad.

Porque el Madrid había comenzado mandón, con un control absoluto de la situación ante un rival a verlas venir. Un verdadero monólogo, con Isco apareciendo en todos lados para asociarse e intentar el último pase, que quizás llevó a buena parte de sus jugadores a pensar que solo era cuestión de paciencia encontrar alguna brecha en la defensa deportivista. Fue en su propia zaga donde aparecieron las grietas, con la particularidad de que Navas se agrandó ante Andone. Inmediatamente después, a Bakkali se le fue alto un cabezazo aparentemente cómodo en un córner.

No tuvo más remedio que creérselo el Deportivo, que hubiese firmado de antemano el 0-0, como dijo su entrenador, pero que se sintió con fuerzas para ir a por el Madrid con decisión. Provocó, sin duda, que la solidez blanca quedara en entredicho, que el centro del campo del Madrid se atascara pese a la omnipresencia de Isco, pero a su vez abrió la veda de las facilidades al contrario.

Bale, que empezaba a dar claras muestras de verse afectado muy negativamente por las dudas que despierta su papel en el equipo, se encontró con un regalo que no tuvo ninguna posibilidad de desaprovechar. Modric tuvo vía libre para el disparo, Rubén no sujetó el balón, lo recogió Benzema y se lo puso al galés para que marcara a puerta vacía (m. 21). Seis minutos después, Casemiro también aprovechó el despiste de la defensa deportivista y el Madrid acabó sometiendo con comodidad al Deportivo, completando la goleada Kroos.