Hay victorias y victorias. Todas valen tres puntos, pero las hay que, con el paso del tiempo, marcan un punto de inflexión, el inicio de un giro en un rumbo desviado para lograr después el objetivo. El Zaragoza firmó un triunfo balsámico en Huesca, ya que frenó su caída, trajo calma en una crisis galopante, demostró garra y corazón, le hizo alejarse del pesimismo y le reconcilió con su gente, con los 800 aficionados en El Alcoraz y con el zaragocismo en general.

Las sensaciones ayer en el club eran de que esa victoria, aderezada con la culminación del fichaje de Samaras, podía significar un cambio de rumbo, una nueva vida para un Zaragoza hasta ahora muy gris y que aún está muy a tiempo (18 partidos) de subirse al tren del playoff, ya que el ascenso directo queda lejos.

La historia reciente del Zaragoza da para recordar algunos de esos partidos que cambiaron de forma drástica el devenir de una temporada para estar en el recuerdo de todos como citas claves. Lo fue, por ejemplo, la victoria ante el Villarreal en la 11-12 tras remontar, como el sábado, un marcador adverso.

No podía ser peor la situación en La Romareda aquel día, en la jornada 27, con el equipo colista, a 12 puntos de la salvación en Primera, tras el «siento vergüenza» de Manolo Jiménez en Málaga y con la convocatoria de una agapirada para que los aficionado se marcharan en el minuto 75 en protesta contra Agapito Iglesias. Ahí, con 0-1 en contra, el Zaragoza ganó con dos goles en los últimos diez minutos de Luis García y Abraham. Después, en los siguientes cinco partidos llegaron tres victorias y un empate que pusieron al equipo en disposición para acabar cerrando la salvación en Getafe en el último encuentro.

Un curso antes, el Zaragoza llegó al parón navideño sin que Javier Aguirre hubiera logrado enderezar el rumbo perdido con Gay. El Zaragoza era colista tras 16 jornadas y ganó en el comienzo del 2011 a la Real Sociedad con un gol de Braulio en el descuento. Fue el inicio de la reacción sellada con la permanencia en el Ciudad de Valencia.

Una remontada fuera de casa como la del sábado que también fue clave se vivió en el Heliodoro de Tenerife, en la 09-10. Allí, con Gay, que ya había sustituido a Marcelino, a un paso de ser cesado con el equipo penúltimo y Víctor Muñoz preparado para el relevo, Colunga, Suazo y Lafita marcaron en el último cuarto de hora y el Zaragoza inició la reacción, con dos victorias y tres empates en los siguientes 6 partidos desde esa jornada 20 para acabar salvándose.

Cani y Oviedo

En Segunda hay un precedente reciente inolvidable. En la campaña 02-03 y con Paco Flores en el banquillo, el Zaragoza se presentó en la jornada 28 en Oviedo con un mar de dudas tras haber caído en casa ante el Compostela y tener el ascenso a tres puntos. Con Cani, que marcó el primer gol, e Iban Espadas en el once llegó una victoria que trajo un antes y un después. Siete triunfos, un empate y una derrota en los siguientes nueve partidos impulsaron al Zaragoza hacia el retorno a Primera. ¿Y si se repite la historia?