Partido en el que hubo un poco de todo menos de buen fútbol. Por haber, hubo hasta una pequeña representación teatral a cargo del bilbaíno Azkorra. La nota más preocupante del choque estuvo a cargo del zaragocista Vicente, que tras dos choques seguidos se tuvo que retirar del campo con la rodilla tocada. Lo más importante es que no sea nada grave y que pueda volver pronto a jugar, puesto que su presencia por la banda izquierda se nota mucho.

Nada más ponerse el balón en juego se inició la parodia particular de Azkorra: el futbolista vasco comenzó a perder tiempo casi antes de que el segundero hubiera comenzado a girar. Ante esta actitud sorprendente, en la que le costaba poner en balón en juego una eternidad, en un saque de puerta, en la que se subió una y otra vez las medias sin tener la más mínima intención de iniciar la jugada, el colegiado no tuvo más remedio que amonestarle, era el minuto seis de juego. Una vez recibió la tarjeta, dejó que otro compañero pusiera el balón en juego, y, en la siguiente acción, fue sustituido. Fin de la representación.

DOMINIO LOCAL En el resto del partido, total dominio del Zaragoza ante un rival que parecía tener asumida la derrota antes de salir de Bilbao. Sin nada que ofrecer en ataque, y sin mucha contundencia en defensa, sólo la apatía local evitó que el Indartsu se llevara un saco de goles al descanso. El único gol blanquillo llegó a tres minutos del descanso, tras una jugada en la que Bugui llegó hasta la línea de fondo, poniendo un balón atrás que Zapater se encargó de rematar.

La segunda parte comenzó con un libre indirecto por una cesión infantil al portero del Indartsu, que el Zaragoza resolvió con mucha inteligencia. De ahí hasta el gol de Ripa, que llegó ya en el descuento, no se vio nada de nada.