La Semana Santa infinita. Esa en la que se llora al que se va y se celebra su resurrección a los cuatro días. En ese via crucis de curvas se ha transformado la temporada del Huesca paciente porque llegue ese acelerón definitivo y no se vuelva a calar el motor. A una desilusión le viene una esperanza. Tras una semanita de respiro, de descentrar el cerebro en otras cosas, de liberar las piernas, Pacheta vuelve a ponerse al volante de este furgón de cola con su mensaje de energía y esperanza, que fue torpedeado en el último empate ante el Osasuna, cuyo valor solo se revalorizará con una victoria compleja ante el Levante (21.00 horas).

Esta vida pegada a una calculadora no es la mejor. Ni la más inteligente. Revisando antecedentes históricos, casi histéricos, y calculando calendarios y oportunidades más o menos factibles, la misión no es sencilla. Vaya sorpresa. A falta de diez partidos, con el horizonte mentiroso de los 35 puntos como referencia salvadora, el ritmo implica ganar la mitad de los partidos. Es decir, celebrar cinco victorias cuando sólo se han obtenido tres en veintiocho. Siendo más realistas y manteniendo el foco en el corto plazo, más sano para la salud mental, como hace Pacheta, recortar los cuatro de diferencia con la imaginaria línea de vida resulta una meta más al alcance viendo que viene el Elche.

Mosquera dejó esta semana en declaraciones una grieta de esperanza al rememorar cómo hace una temporada fue, justamente, en este trayecto de diez partidos finales cuando el Huesca pasó de ceder ante el Cádiz y alejarse del ascenso a convertirse en ascensor y campeón de la categoría. No es el mismo marco ni la misma categoría ni la misma plantilla ni escalafón en el presupuesto, pero sí es la misma llamada y la misma implicación de un grupo grueso de veteranos que va a encabezar esta sentimiento del ‘sí, se puede’.

El regreso del gallego será la gran novedad de la alineación de esta noche. El timón fue referente con Míchel en Segunda y en Primera y cayó lesionado justo cuando llevó el relevo de Pacheta. Convocado sin jugar en las últimas dos citas, deberá tomar la posición en el medio, siendo balanza entre la línea de contención y el primer pase de creación, menos utilizado ahora en corto con un Huesca más vertical.

Mosquera y Vavro son los revulsivos más claros en esta vuelta. Pacheta decidió también que fuera Andrés Fernández de nuevo el portero titular ante Osasuna, en una demarcación que no suele sufrir tantos vaivenes y que habla de la inestabilidad defensiva de un equipo que ni con tres centrales ha corregido esta deficiencia. Seguramente Pacheta haya pensado en ello durante este parón y esté perfilando posibles variantes a un sistema que por ahora ha hecho suyo.

Ontiveros, KO

Lo que sí parece claro es que los hombres de Pacheta son los que son. Que puede jugar Doumbia o Seoane, que quizá hoy vaya al banquillo Rico o no. Que delante estará Escriche o Sandro. Fijo es Mir. Que las bandas serán segurísimo para Maffeo y Galán si se persiste con los carrileros. Que el primer cambio suele ser Sergio Gómez. Pero que se espera ya poco de Eugeni, de Borja García o de Real, y que Okazaki parece haber perdido la confianza. Otro que estaba en esa sombra era Ontiveros, ese que rubricó la primera victoria, y cuyo individualismo a pierna cambiada no ha encajado salvo como revulsivo para el burgalés. Ahora ni eso, porque el malagueño se ha lesionado (luxación de hombro derecho) y no jugará en varias semanas.

En la semana del 61 cumpleaños del Huesca esta victoria en el Ciudad de Valencia sería el mejor regalo. Sin envoltorio ni nada. Que se vea bien, como la victoria de Valladolid. Más cuando el Elche viene el siguiente viernes, que se espera sea menos de resurrección y más de confirmación, como los adolescentes piadosos. Quizá por eso en este estadio del barrio de Orriols hay una capilla.

El Levante está con 35 puntos, esos soñados por el Huesca. Lejos de todo, de Europa y de la salvación. Quizá por ello se han dejado llevar algo en las últimas jornadas. Una victoria en cuatro partidos. Eso sí, en casa, sólo han encajado dos derrotas: lógica ante el Madrid (0-2) y esperanzadora ante el Osasuna (0-1). El Huesca ya venció allí en Segunda, en el 2017, con goles de Aguilera y Saiz (1-2).

Los granotas son los de siempre, esos que tan bien conoció Pedro López. Paco López es su entrenador y Morales (10) y Roger (11) sus goleadores. Melero convirtió el gol del 1-1 en El Alcoraz. Hoy no estará ni él ni el otro ex, el maño Miramón, lesionados. Vukcevic será la otra baja y Duarte es duda. Vukcevic será la otra baja y Duarte es duda. Vuelven Dani Gómez (España U21) y Bardhi (Macedonia), de sus compromisos internacionales.