El catalán Maverick Viñales, que llevaba un montón de grandes premios sin conseguirlo (Aragón-2017), logró ayer en Cheste (Valencia), en una pista húmeda pero más seca que los días precedentes, su sexta pole position en MotoGP, por delante de Álex Rins, que quedó a 68 milésimas de segundo de su compatriota y del italiano Andrea Dovizioso, tercero.

Viñales y el resto de pilotos de la parrilla de MotoGP se aprovecharon de que Marc Márquez, el mejor y más veloz en el FP4, el ensayo que precede al entrenamiento que decide el orden de la parrilla, rodó por los suelos en la curva 4, la primera de derechas después de tres de izquierdas seguidas, sufriendo su caída nº 22 de la temporada y, de nuevo, la salida de su hombro izquierdo, del que será operado por el doctor Xavier Mir la primera semana de diciembre.

Márquez, que enseguida se dio cuenta del percance («a lo largo de toda la temporada se me ha salido en multitud de ocasiones, pero jamás lo he contado, pues entre mi hermano Álex y José Luis, mi asistente, nos lo ponemos, de nuevo, en su sitio»), ni siquiera acudió a la clínica del trazado valenciano y se recuperó en su camión, regresando a la pista cuando restaban seis minutos y, por supuesto, con la segunda moto, inadecuada para intentar conseguir la pole. Tras dos vueltas, logró un excelente crono y meterse en la segunda fila.

«Esta pole demuestra que este fin de semana, con el apoyo de mi gente y del público, estamos haciendo un gran trabajo en Yamaha. No sé qué ocurrirá en la carrera, pues amenaza, de nuevo, lluvia, pero arrancar primero en Cheste es una gran ventaja», confesó Viñales, con una sonrisa en su rostro. A su lado, Rins, con familia en Valdealgorfa y que luce un casco en homenaje a su amigo desaparecido Luis Salom, dijo que «tras la caída del entrenamiento de la mañana, no sabía dónde estaba y, la verdad, acabar segundo a solo 68 milésimas de Maverick es fantástico».

La noticia de la jornada es que Jorge Lorenzo, que parece estar reservándose para su primer test con Honda, que se desarrollará el martes en Cheste, arrancará desde la 13ª posición, dos puestos por delante del italiano Rossi, que está viviendo un fin de semana desastroso, como ya pronosticó «porque en Valencia no solemos ir muy bien».

Lo cierto es que Márquez explicó que «este hombro, el izquierdo, que operaremos la primera semana de diciembre si todo va bien, se ha salido ya tantas y tantas veces este año, que sale y entra solo, que es lo que me ha ocurrido». Para el heptacampeón, saber que algo está ocurriendo empieza a ser muy fácil de detectar. «En ese sentido, cuando he empezado a dar vueltas en la gravilla, ya me he dado cuenta de que algo pasaba».

«Casi no he necesitado ayuda de ellos, solamente para la revisión de rigor de que todo volvía a estar en su sitio pues, nada más subir al camión, ya he notado el cluc que significa que el hombro había vuelto a su sitio», declaró. Márquez promete lucha (14.00 horas). «Si no me sintiese con posibilidades y fuerzas para ganar, o intentarlo, no estaría aquí y me reservaría para los test, que son importantísimos pues no está Crutchlow, lesionado, ni Pedrosa, de piloto probador de KTM y mi participación es más importante que nunca pues, sí, estará Lorenzo sobre la Honda, pero será su primer contacto», expuso el campeón del mundo.