Al triplete del primer día de test de Sepang (Malasia), liderado espectacular y sorprendentemente por un convaleciente Marc Márquez (Honda, 1.59.621 minutos), seguido de un impresionante Àlex Rins (Suzuki) y un velocísimo Maverick Viñales, ha reemplazado hoy, en el segundo día del Mundial de MotoGP, un no menos impresionante doblete protagonizado por Viñales (1.58.897 minutos) y Rins (a 0.527 segundos), mientras el heptacampeón de Cervera (Lleida) debía reducir su actividad e intensidad al resentirse en su hombro izquierdo del esfuerzo del día anterior.

Sepang, bajo un calor intenso y una pista en la que se podían freir huevos, pues el asfalto llegó a estar a 61 grados de temperatura, está siendo, de momento, la rampa de despegue de algunos pilotos que aspiran esta misma temporada, no solo a toser a los magníficos, sino a formar parte de ese prestigioso poker de ases integrado por Márquez, Valentino Rossi, Jorge Lorenzo y Andrea Dovizioso.

¿BUSCAN O NO EL RÉCORD?

Malasia, un circuito demasiado especial como para convertirlo en la prueba del nueve (de momento), ha mostrado las ganas que tiene Viñales de volver a ser el de antes, de encontrar la luz al final del túnel en el que le metió Yamaha en el 2018 y, sobre todo, las manos de gran piloto que tiene, pues su tiempazo de hoy es para provocar más de un terremoto pese a que todos, todos, aseguran, con la boca pequeña, que estos test no son para batir récords. Justo lo que preguntó, mira por donde, Rossi: Es decir, que el excelente crono de Maverick, al que felicito, no ha terminado con el récord de Jorge (Lorenzo), vale, vale. Veamos estamos o no por lograr un gran crono?

Viñales explicó que cada vez le gusta más la nueva Yamaha y agradeció a la firma de los diapasones que haya evolucionado su moto en la dirección que él les pidió en los últimos test de Cheste y Jerez. No importa tanto la potencia como la manejabilidad de la moto, que frena bien, que permite apurar la frenada, que mejora el paso por curva, ahora mucho más veloz, y, sobre todo, que tiene la posibilidad de no destruir las ruedas, cosa que aún tenemos que comprobar en tandas más largas.

Viñales, al que no le importa que en velocidad punta le ganen las Ducati y las Honda (ya cogeré rebufos), se muestra muy complacido porque ahora sí puedo pilotar como yo quiero, ya que esta Yamaha se comporta de maravilla en curvas enlazadas, es muy estable, tiene un paso por curva velocísimo, aunque tenemos que mejorar en frenada y en las curvas de 180 grados.

Rins, que lleva dos días en el podio virtual de Sepang, también se mostró muy contento con el rendimiento de su Suzuki aunque, como Viñales, se resiste a lanzar las campanas al vuelo porque esto solo son entrenamientos. Así se expresó Rossi: Yo tengo mucho años, el sábado que viene cumpliré 40 años, y, desde luego, no quiere amargar el día a nadie pero no sería la primera vez que los resultados de un test, luego, no se corresponden con lo que ocurré, a lo largo de todo un fin de semana de gran premio. En los test, todo el mundo vuela y, luego, las carreras son otra cosa.

EL DOLOR DE MÁRQUEZ

Dovizioso, igual de prudente, se siente muy, muy, contento no solo de la enorme competitividad de nuestra Ducati sino del trabajo de equipo que estamos haciendo Danilo (Petrucci) y yo en el seno del equio. Evidentemente, Dovi recuerda las peleas y los desprecios que se cruzaron, el pasado año, con Lorenzo.

Y, por lo que hace referencia al héroe del primer día, al heptacampeón, al pentacampeón más joven de MotoGP, Marc Márquez, reconoció que mi hombro me dio latigazos, pinchazos, a lo largo de toda la jornada y hemos decidido no formar para hacer un tercer día mucho más provechoso. Me he encontrado bien, estoy contento de todo lo probado, pero así como ayer paramos antes por estrategia, hoy lo hemos hecho por culpa del dolor y de no querer provocar una inflamación de los ligamentos del hombro y perder una semana de rehabilitación.