Como un enfermo convaleciente que, después de semanas sin probar bocado, disfruta de cualquier elemento culinario como si fuera un manjar, el madridismo está devorando con un hambre voraz a Vinicius, erigido como portador de todas las esperanzas de futuro.

El adolescente, camino a los 19 años, transita con la suficiencia de un veterano frente al furor que levanta en cada cabalgada por la banda. En su juego vertical, fresco y descarado parecen no afectar la presión y exigencia externa, que cada vez va a ser menos permisiva con sus malas decisiones en el tramo final.

VINICIUS ES FÚTBOL

Vinicius es fútbol, se rendía Solari a la perla que tiene entre manos antes de visitar al Espanyol, en su momento más dulce, el de los dos, con un protagonismo insospechado en la alegría blanca. El técnico ha revertido una tendencia que se empezaba a parecer sospechosamente a la que terminó con el despido de Lopetegui, y lo ha hecho de la mano de la pujanza y la intensidad que el brasileño le imprime al juego del equipo.

En un Madrid de entreguerras, en el que la necesidad obliga a valorar con recelo cada tenencia, la aparición de Vinicius ha caído como lluvia en el desierto, como el profeta que marca el camino a seguir. Lejos quedan las críticas a la gestión del fichaje más caro del verano del Madrid, que empezó jugando regularmente en el filial hasta que las lesiones le dieron un puesto de titular que ha agarrado con fuerza, aunque a lo mejor no con la necesaria para Solari.

LA RECUPERACIÓN DE BALE Y ASENSIO

Con la inminente vuelta de lesión de Bale y Asensio, el rendimiento de Vinicius abre el debate por una titularidad para la que acumula más méritos esta temporada que sus competidores directos. La continuidad de Lucas Vázquez, con un trabajo de cohesión defensiva necesario para el equipo, es otra incógnita en la nueva etapa de problemas que se le presentan al entrenador, siempre que sea capaz de mantener la buena imagen y los resultados que han llevado la paz al madridismo tras muchos meses.

Promovida la ilusión en los tiempos de zozobra, se antoja insostenible la figura de Vinicius como referencia de un Madrid que aspire mantener su puesto de privilegio en el fútbol europeo. Tiene 18 años, 18 Tenemos que seguir cuidándolo que su crecimiento siga siendo constante, insistió Solari sobre el brasileño, en su continuo intento de rebajar la euforia y trasladar el peso de responsabilidad hacia los veteranos de la plantilla, los que hasta ahora no han dado un paso adelante para revertir las malas sensaciones de la temporada.