El brasileño Vinicius, autor de un gran tanto y asistente en otro, lideró la reacción del Real Madrid, que dejó prácticamente sentenciada la eliminatoria de octavos de final de la Copa del Rey ante un Leganés que perdonó en el primer acto y desapareció en el segundo (3-0), el día del debut de Brahim Díaz.

En busca de sensaciones perdidas, con la segunda unidad añadiendo frescura y una mejoría física, el Real Madrid se reencontró con la victoria en un Santiago Bernabéu que sigue mostrando su desencanto en una grada que se vacía progresivamente. Encontró nuevamente la esperanza en Vinicius y el equipo la mejoría con un despliegue físico inconmensurable de Odriozola.

Las esperanzas de diversión del madridismo se reducen a Vinicius, de nuevo valiente en cada balón que tocó y que mostró que debe pasar un proceso de mejoría de elección en el final de las jugadas. Marcó cuando no tuvo tiempo para pensar. Suya fue la primera acción de peligro a los 9 minutos cuando Ceballos probaba la fiabilidad de un portero sin minutos como Cuéllar.

El Leganés comprobó que con poco se hace daño a un Real Madrid inmerso en la desconfianza. Su falta de puntería le genera nerviosismo. Keylor lo salvó y el debutante Braithwaite perdonó una clara en carrera con disparo ajustado al poste. Hasta que en una de sus apariciones en ataque Odriozola fue empujado y en el penalti apareció la calidad de Ramos para poner en ventaja al Real Madrid al borde del descanso.

Con el marcador a favor apareció la versión más dominante del equipo de Solari en una segunda mitad impecable. Odriozola y Vinicius desequilibraban, metían una marcha más. Al brasileño solo le faltaba afinar la puntería, mejorar la definición. Benzema se asoció con Vinicius, que dejó el 2-0 en bandeja a Lucas Vázquez antes de que el brasileño cerrara el marcador con un gran remate que acerca los cuartos de final de Copa al Real Madrid.