La posibilidad de que Fernando Soriano regrese a Zaragoza para ayudar al club aragonés en su reconstrucción y regreso a Primera División se ha esfumado. El zaragozano cumplirá la temporada que le resta de contrato en el Almería, en un club que se ha convertido en el núcleo de su carrera (va a empezar allí la novena de las diez temporadas que lleva desde que abandonó La Romareda), en una ciudad en la que se siente feliz y reconocido, además de asentado junto a su familia.

Es cierto que el Real Zaragoza trabajó esta opción desde el primer día, y que incluso Martín González la revitalizó tras su llegada. Pero Soriano no quiere hacer ni un solo movimiento que pueda perjudicar al Almería, y solo abandonaría el club andaluz si su entrenador, Francisco, le dijese que no cuenta con él. No parece que eso sea posible después de que el aragonés participase la pasada campaña en 35 de los 38 partidos de Liga en Primera División, 24 de ellos como titular. Así que Soriano, que de momento no tiene ningún compromiso para después del próximo 30 de junio, apurará su último año de contrato en el estadio de los Juegos del Mediterráneo.

En una situación similar se encuentran los exzaragocistas Álvaro Rubio (Valladolid) y Toño Longás (Sabadell), por los que también se había interesado el Zaragoza. "Todos están muy complicados porque tienen vinculación con sus clubs. La mayoría hubiera pagado por venir, pero no lo tienen fácil", explicó ayer Martín González.