La cuenta atrás ya ha empezado. Desde ayer, cuando reanudó los entrenamientos tras once días de vacaciones por las fiestas de Navidad, el CAI tiene cinco meses por delante para enderezar el rumbo, ofrecer un rendimiento acorde a su extraordinario potencial y cumplir el único objetivo para el que ha sido creado: subir a la ACB. En la primera sesión después del parón, Oscar Quintana comenzó a preparar el primer partido de la segunda vuelta de la LEB (8 de enero, en Gijón) y lo combinó con la puesta en marcha de una minipretemporada (carrera continua, circuitos de pesas...) pensada para conservar el nivel físico del equipo. "El descanso nos ha venido bien desde el punto de vista mental. Desconectar durante diez días ha sido bueno. Ahora hay que dar el do de pecho en la segunda vuelta", explicó José Luis Galilea, el capitán.

Por delante, el CAI tiene 17 partidos, diez en casa y siete fuera, en los que enmendar la sucesión de errores cometidos en la primera parte de la temporada. Ahora mismo, el equipo ocupa la séptima posición, con un bagaje de nueve victorias y ocho derrotas, a cinco del Fuenlabrada y a cuatro del Menorca o el Huelva. Esta vez, la estadística no engaña y ofrece una radiografía perfecta de lo que le ha sucedido al CAI: ha sido un equipo inconsistente en defensa, frágil, con graves problemas en el rebote, que apenas ha podido vivir del contrataque ni disfrutar de canastas fáciles, y que se ha visto obligado a jugar demasiados minutos en ataque posicional, lo que le ha hecho aburrido y más previsible. "Hemos de mejorar la defensa a nivel colectivo y el rebote. Atacar 40 minutos en estático conlleva un desgaste mental enorme. Hemos de ser capaces de conseguir puntos con canastas sencillas en contragolpes y poner un ritmo más alto a los partidos. Tenemos un equipo magnífico para ello", argumentó Galilea.

PROGRESION LENTA A pesar de que el CAI mejoró en la recta final de la primera vuelta, en la que ganó seis de los últimos ocho encuentros, la progresión en el nivel de juego no pareció nunca suficiente para el recorrido que se le adivina a este equipo, que sigue sin pasar de la tercera velocidad cuando su capacidad es superior. Los playoffs le exigirán llegar cerca de su máximo. "Tenemos mucho trabajo por hacer y poco margen de error", dijo Jesús Cilla.

Para conseguirlo, el CAI necesitará que todos sus jugadores crezcan individualmente y hagan crecer al conjunto. Pero, uno de ellos, de manera especial. John Brown ha sido el que ha rendido en un punto más alejado de su nivel óptimo y su participación, especialmente en el rebote y en la actividad defensiva, es muy importante. "No quiero marcarme ninguna meta, sino jugar cada semana. Hemos de mejorar en todo pero, sobre todo, en defensa", coincidió Cilla con Galilea.