Llevaba el Zaragoza más de 400 minutos sin marcar en jugada hasta que Álvaro Vázquez anotó el tanto que sentenciaba al Nástic en Tarragona. Aunque el gol no vino precedido de una jugada propiamente dicha, más bien de un error del equipo catalán que el delantero aprovechó para batir a Becerra en el mano a mano. En todo caso, el sábado acabó definitivamente la espera. Los dos tantos zaragocistas se produjeron como consecuencia de elaboraciones. La primera, en una combinación entre Pombo y Gual que este culminó con un certero disparo y la segunda, gracias a un robo de James, un buen movimiento de Álvaro, cuyo centro remató Gual para que Pombo empujara a la red el rechace de Parera.

Esos dos tantos elevan a cinco los conseguidos por el Zaragoza en las dos últimas jornadas. Tantos como en los ocho encuentros anteriores. Casi nada. Ante Granada (0-2), Elche (2-0), Tenerife (1-1), Numancia (1-0), Osasuna (1-1), Albacete (2-2), Lugo (0-2) y Almería (2-1), el equipo aragonés había acumulado esas mismas dianas y solo frente a manchegos y almerienses se consiguieron en jugada.

Curiosamente, la recuperación goleadora del Zaragoza coincide con el regreso de sus dos delanteros específos, Marc Gual y Álvaro Vázquez, tras sendas lesiones. El primero volvió ante el Granada, pero, al igual que el resto, no completó un buen partido. Tampoco estuvo especialmente acertado en Tarragona, donde también fue titular. Sin embargo, el pasado sábado fue clave en la remontada anotando el gol que acortaba distancias y con una participación decisiva en el de la igualada.

La eficacia de Gual, de este modo, es mayor cuando sale desde el banquillo. El catalán no ha marcado todavía cuando ha sido titular y los dos goles de su cuenta particular (en Albacete, donde también metió al Zaragoza en el partido tras ir perdiendo 2-0 y frente al Mallorca) llegaron cuando salió desde el banquillo.

Álvaro no marcó el sábado, pero su partido fue notable. Muy activo y participativo, sus desmarques fueron agua bendita para sus compañeros y fue determinante en el segundo gol, enviando un centro medido a Gual. El máximo goleador del equipo, con cuatro tantos, ya marcó en Tarragona, donde participó en los últimos minutos. Ante el Mallorca ya fue titular. Alcaraz no esperó más.