El Sporting de Gijón presentó ayer a Óscar Whalley como guardameta para las dos próximas temporadas y puso fin a la situación del cancerbero aragonés, que no contaba para Luis Milla en el Zaragoza y que necesitaba encontrar una vía de futuro. Whalley llega a Primera División después de haber jugado las dos últimas campañas en Segunda, con un contrato que incluye otras dos campañas opcionales si cumple unas condiciones y la intención de desprenderse pronto de la etiqueta con la que llega a Asturias, como tercer portero tras Cuéllar y Mariño.

El Zaragoza expresó la marcha de Whalley en términos de traspaso, aunque en Gijón se aseguró que el guardameta llegaba con la carta de libertad. El portero se despidió con unas líneas en su cuenta de Twitter: "Después de más de 10 años en el club, se acaba mi etapa en el Real Zaragoza. Quiero dar las gracias al club, a todos los entrenadores y compañeros que he tenido durante este tiempo y, sobre todo, a esta enorme afición por el trato y cariño que he recibido en estos años. Ahora inicio una nueva etapa, pero siempre seré un aficionado más del Real Zaragoza".

Whalley debutó precisamente ante el Sporting en junio del 2014, y en su siguiente temporada se hizo con la titularidad con Víctor Muñoz. Acabó el curso con 20 partidos de experiencia que le valieron una oportunidad en Huesca, donde acumuló otros 17 choques.

El guardameta aterriza ahora en Gijón en propiedad. Tal y como le aseguró Abelardo, llega al Sporting "como propuesta de futuro, pero que ahora es una realidad. Me dijo que se lo pusiera difícil y eso es lo que haré", destacó el portero, que sabía que no tendría ninguna opción en Zaragoza y que debía encontrar una salida. El Sevilla B, de Segunda, le tentó, pero Whalley eligió la Primera División, pese a su más que posible suplencia. "Parece que vengo como tercer portero, pero uno no viene ni con el puesto ganado ni perdido. Trabajaré duro para ponérselo difícil y luego tendrá que decidir. Mi esfuerzo diario no va a faltar", manifestó el zaragozano en su presentación con el Sporting, casualmente el equipo contra el que debutó con el primer equipo del Real Zaragoza.