Hasta a Xavi, el jugador más legendario del Barça y del fútbol español (cumplirá en Brasil su cuarto Mundial consecutivo), el fútbol lo ha desmentido. Y de un día para otro, cuando ya no tenía esperanza alguna en una Liga que se le escurrió entre las manos con aquel gol de Lafita, el 2-2 del Getafe, en el tiempo añadido. Salió Xavi y habló ante la prensa para dar la Liga por perdida, instando a hacer "borrón y cuenta nueva". Dos semanas después, Xavi tenía otro discurso. "El día del Getafe creíamos que no teníamos opciones", confesó ayer. "Igual tiramos la toalla antes de hora, hay que ser autocrítico". Pero nadie imaginaba algo así. Ni siquiera él. "Nos habrían tomado por locos. Es algo único, ningún culé se lo esperaba", añadió.

Xavi está asombrado. Es como si el fútbol, agradecido por todo lo que le ha dado el Barça en esta última década, haya tenido un gesto de delicadeza hacia ese grupo de jugadores. Hace dos semanas, ni rastro de esperanza; ahora, en cambio, pendientes de ellos mismos. "Tenemos esta oportunidad única que nos da el fútbol, es histórica. No podemos fallar ahora, no podemos...". Las palabras del capitán salían solas, conscientes de la dificultad del desafío ("en cinco partidos no hemos podido ganar al Atlético, es el mejor equipo defensivo de Europa, es muy rocoso", precisó), pero seguro de que no cometerán más errores. "A esta generación le falta una Liga en la última jornada, sería la gran guinda para este equipo", proclamó.

UN AÑO DIFÍCIL Esa "generación", como recordó Xavi, ha ganado todo. Con el Barça y con España. Todo es todo. Pero nunca se han jugado una Liga "en casa, delante de nuestra gente" ante el Atlético. Un triunfo y un título para cerrar un año convulso, donde de manera increíble han ido desfilando todos. Desde Rosell, que abandonó la presidencia, a Martino, "un técnico al que valoramos mucho, un tipo cercano". Y con el drama de la muerte de Tito Vilanova, el técnico que empezó la temporada en el banquillo. "No ha sido un año fácil, nada fácil. Pero es un partido único, quizá no volvamos a tener una oportunidad así en nuestra carrera", confesó Xavi, quien buscó primero una clave anímica: "El Camp Nou debe ser una olla a presión", dijo.

LLENO Y lo será, porque nadie quiere perdérselo. El Camp Nou se quedará pequeño. Las 90.000 localidades ya se han llenado. Los socios no han liberado asientos y el Barça, como si se tratara de una operación, busca sillas vacías con un bisturí para que el ambiente sea excepcional, en un partido de Liga que es una final y que según fuentes del club azulgrana ha levantado tanta expectación o más que una semifinal de Champions o el clásico ante el Madrid. El Barça pondrá hoy a la venta las pocas entradas liberadas de que dispone y por poco espacio de tiempo, entre los socios del club que no disponen de abono.