Los hombres de Jesús Solana cayeron derrotados por la mínima y en las postrimerías del encuentro frente al Atlético de Madrid B, en un choque que dio pocas muestras de calidad en el Cerro del Espino, donde se dieron cita alrededor de 600 espectadores, entre los que se contaban Jesús Gil y Gil y su hijo Miguel Angel.

Durante la primera mitad, el juego se perdió ante el planteamiento defensivo planteado por ambos equipos, que dejaron poco espacio para veleidades ofensivas. Los jugadores de cierre se colocaron muy adelantados en el terreno, con lo que el centro del campo se convirtió en una zona de apelotonamiento, de la cual apenas pasaron balones. De este modo, las mejores aunque escasas ocasiones de este primer periodo llegaron en jugadas aisladas, en las que los jugadores consiguieron superar el férreo cerrojazo. Por parte local Toche tuvo opciones en dos ocasiones, mientras que por el filial zaragocista fue Toledo el único que encaró con peligro la meta defendida por Lledó.

SIGUE LA TONICA La segunda mitad comenzó por los mismos derroteros de la primera, aunque el cansancio físico provocó un pequeño bajón en la presión por parte de ambos contendientes. Esta relajación permitió una jugada de Toledo, que estuvo a punto de batir al portero local. Sin embargo, el balón seguía sin encontrar un dominador claro, aunque fueron los visitantes quienes mayor control consiguieron del esférico, y el choque cobraba emoción, a pesar de que la calidad seguía siendo poco menos que discreta.

Todo parecía indicar que el marcador no se movería, pero el conjunto local encontró el camino al gol poco antes del término del partido: un disparo de Manu dio en el palo, y en el posterior saque de esquina Rodolfo aprovechó para batir a Zaparain de cabeza. Esta jugada puso prácticamente punto final al encuentro, que podría haberse decantado por cualquiera de los rivales.