Partido sin historia en el que se impuso la lógica. El Real Zaragoza dominó a un rival que, pese a todas las adversidades a las que tuvo que enfrentarse, planteó el partido de forma valiente, sin encerrarse nunca. Claro, que presionar en todo el campo a un equipo con la calidad del Zaragoza, y jugando con diez, es una temeridad, y los locales no lograron una goleada aún mayor porque Sánchez y Bugui fallaron varias ocasiones en la segunda parte, sobre todo Bugui, que a pesar de ponerle mucho empeño no tuvo su día.

El encuentro se puso muy pronto de cara para el Real Zargoza, que en un cuarto de hora ya había marcado un gol y veía cómo el Añorga se quedaba con diez por la expulsión de Isaak, que en tan corto espacio de tiempo realizó dos fuertes entradas a Vicente. El Añorga no replegó líneas, dejó unos huecos en defensa, y en uno de ellos Gil, sólo al borde del área pequeña, remató a placer un centro desde la banda derecha.

LA SENTENCIA Poco después, Vicente realizó una nueva demostración de velocidad y desmarque, Zapater le vio y le asistió, y el pequeño interior zaragocista marcó el tercero, dejando el choque sentenciado, a falta de una hora para la conclusión.

La segunda parte fue un monólogo de los blanquillos, que dispusieron de multitud de oportunidades para ampliar el marcador. La mala suerte se cebó con el Añorga, que a falta de acierto en los locales se marcó un gol en propia. Sánchez cerró la cuenta goleadora con el quinto, y el tiempo transcurrió tranquilamente hasta el pitido final.