Incapaz hasta el último minuto de la temporada, el Tecnyconta se salvó de milagro. Zaragoza sigue en la ACB únicamente porque el Unicaja le ganó al Betis y son los sevillanos los que caen a descenso, ya que tienen un average general peor que los aragoneses. El equipo de Luis Guil no hizo lo que tenía que hacer y volvió a perder en casa frente a un Estudiantes que no se jugaba nada (85-90) en una segunda parte nefasta. El Tecnyconta salvó la categoría, pero no el honor. La grada acabó coreando «Unicaja, Unicaja» y «directiva dimisión» para despedir a ese equipo que este año ha vestido la camiseta del Tecnyconta pero que la gente no reconoce como el suyo con una sonora pitada.

La temporada ha sido un desastre, un fracaso total que solo el Unicaja ha evitado que sea absoluto. El Tecnyconta ha hecho una segunda vuelta de descenso con solo tres victorias y el equipo se ha comportado como un grupo de LEB en los momentos importantes. Los jugadores no han estado a la altura de las circunstancias, por debajo de su nivel en muchos casos, demasiado individualistas en otros, desconectados entre sí la mayoría de las veces. Luis Guil no ha mejorado al equipo, al contrario, la caída ha sido aún peor. Si Andreu Casadevall era el problema, desde luego Guil no ha sido la solución y parecería una temeridad que siguiera al frente del banquillo.

El club ha tenido poco margen de movimiento dentro de un presupuesto reducido para no ampliar aún más la deuda, pero las decisiones que ha tomado a lo largo del curso tampoco han ayudado al equipo. Se salva Marcos Knight, que ayer volvió a ser de lo mejor del equipo y que se ha ganado cada dólar de su contrato en Zaragoza gracias a su compromiso e intensidad en cada partido. Desde luego, ahora se impone un giro completo en la planificación deportiva.

El partido de ayer fue una muestra más, el colofón acorde con una campaña que comenzó bien pero que, cuando se empezó a torcer, nadie ha sido capaz de volver a enderezar. Sucedió por enésima vez contra el Estudiantes, un equipo mejor hecho, mucho mejor trabajado y más solidario. Al menos esta vez la salida fue la adecuada. El Tecnyconta protagonizó un primer cuarto espectacular en el que barrió a su rival (28-13) con un Benzing pletórico (14 puntos). Aproximadamente 15 minutos duró la mejor versión aragonesa. A partir de ahí el equipo fue deshaciéndose poco a poco hasta quedar en nada.

Quedó claro quién tenía el orgullo herido, quién sentía una deuda con Zaragoza y quién está de paso y pasando. Norel, Benzing y Knight fueron los únicos pilares del equipo, demasiado poco argumento para poder ganar un partido aunque el rival no ponga nada en juego. Con los tres a pleno rendimiento logró el Tecnyconta su mayor ventaja, 18 puntos (36-18, min. 14), que quedó reducida a cero tan solo diez minutos después (51-51, min. 24). Guil no paró el partido pese a que el Estudiantes le iba arañando la ventaja sin prisa pero sin pausa y cuando los colegiales se pusieron por delante ya no hubo manera de volver a darle la vuelta.

El último cuarto de hora fue lo de siempre. Un quiero y no puedo constante hasta la derrota final. Una muestra más de incapacidad tanto en defensa, donde el Tecncyonta no podía ni incomodar al Estudiantes, como en ataque, una búsqueda desesperada de puntos que no llegaron. No mereció ganar el Tecnyconta, que ha cerrado el curso con cuatro derrotas seguidas y que no ha hecho lo que tenía que hacer para lograr la permanencia. Lo hizo por él el Unicaja para evitar que el equipo aragonés se chamuscara después de todo un año jugando con fuego. De milagro.