En cuanto suenen las campanadas de Nochevieja se abrirán las puertas del mercado futbolístico en España, momento que esperan los clubs para corregir los errores veraniegos o tapar las deficiencias que han ido observando en la primera parte de la temporada. El Real Zaragoza no es una excepción y aguarda la apertura del zoco futbolístico invernal para cerrar las incorporaciones que ya tiene en cartera y buscar otras nuevas siempre y cuando logre dar alguna salida. Los dos nombres propios en la actualidad zaragocista son Miguel Linares y Chechu Dorado. El Real Zaragoza ya tiene un acuerdo cerrado tanto con el delantero del Reus como con el defensa del Rayo Vallecano, pero ambos tienen el mismo problema, deben resolver los contratos que les unen a sus respectivos equipos para poder alistarse en el aragonés.

En ese sentido son casos bien distitintos, porque Miguel Linares está esperando a ver qué sucede con la agónica situación del Reus, acuciado por las denuncias y los impagos, mientras que en el caso de Chechu Dorado es cuestión de que el defensa llegue a un acuerdo con el Rayo para romper el contrato. En cualquier caso, un defensa y un central son las prioridades de Lalo Arantegui para reforzar al equipo en este mes de enero. En el caso del punta por una cuestión numérica, como explicó ayer Víctor Fernández, puesto que Toquero está próximo a la retirada y ni Jeison Medina ni Raí han sido hasta ahora alternativas suficientes para el ataque, casi ni ante la ausencia de Álvaro y Gual a la vez.

A partir de ahí, los refuerzos que puedan llegar al equipo zaragozano dependerán del límite salarial que establece La Liga bajo su control. Ningún club tiene permitido exceder del tope impuesto por la patronal obtenido a través del cálculo de ingresos y gastos de cada entidad. Así que para poder fichar el Zaragoza solo tiene dos opciones, bien conseguir ingresos extraordinarios que permitan estirar ese límite, bien dar salida a jugadores y liberar sus fichas para poder ocupar ese espacio con nuevas incorporaciones. La segunda opción es la más probable.

Por eso, antes de que puedan llegar más futbolistas primero deberán salir otros. En estos momentos se encuentran en la rampa de salida tanto Bruno Perone como Oliver Buff. El rendimiento de ambos no ha sido satisfactorio por diferentes motivos y son las dos fichas que puede liberar el Zaragoza. El equipo ha tenido problemas defensivos durante todo el curso y Perone ha sido de los más destacados en negativo. No se ha ganado el puesto ni con Idiakez ni con Alcaraz y no parece que tenga sitio con Víctor Fernández, quien prioriza los centrales con salida de balón. El brasileño ha jugado 541 minutos repartidos en siete jornadas y desde la jornada 16 frente al Cádiz no ha vuelto a tener minutos de juego.

La llegada de Chechu Dorado o de otro defensa sería el segundo refuerzo de la zaga después del fichaje de Alberto Guitián. En este caso el Zaragoza pudo reforzarse de manera excepcional por la baja de larga duración de Simone Grippo, que le permitió utilizar el 60% de la ficha del suizo para fichar fuera de mercado. En el caso de Buff, el suizo lleva ya dos meses sin aparecer por el césped después de no haber aprovechado las oportunidades concedidas. Solo ha disputado 409 minutos en ocho partidos. Si se marcha, el Zaragoza podrá decidir entonces si incorpora más gol y refuerza aún más la delantera o prefiere apuntalar el centro del campo ante los numerosos problemas musculares sufridos en esa zona del campo.