Aún no es definitivo, porque queda mucha tela por cortar, pero la primera misión de Víctor Fernández está muy bien encaminada. En solo siete jornadas ha alejado la temible zona de descenso a siete puntos, aunque la brecha parece mucho mayor por las sensaciones tan favorables que desprende su Zaragoza. La mirada ha dejado de dirigirse hacia abajo y ahora ilumina hacia arriba, hacia el playoff. ¿Hay tiempo? ¿Tiene fundamento pensar en la promoción? ¿Hay razones para creer que es posible?

En el Real Zaragoza, en todos sus estamentos, por supuesto dentro del vestuario pero también fuera, la mirada está puesta en la sexta posición, con la prudencia obligada, la filosofía de las pequeñas conquistas, el partido a partido, pero con la lente enfocando a un objetivo a día de hoy todavía muy difícil de alcanzar, aunque ya no imposible. Con Víctor Fernández, el equipo ha recortado la distancia hasta los nueve puntos. Quedan 48 por asignar, 16 partidos, de los que habría que ganar al menos once.

La impresión que deja este Zaragoza es que sumará muchas victorias. La cuestión es saber si serán las suficientes. Hay razones para creer: su nivel futbolístico, la capacidad para generar ocasiones, la autoconfianza. Y factores que corregir: la endeblez defensiva, la dificultad para traducir el caudal de juego en goles, ese habitual primer tanto en contra... De la resolución de esas ecuaciones saldrá el resultado final.