El Gran Premio Gobierno de Aragón, que se disputa el próximo martes en las pistas del Centro Aragonés del Deporte, tuvo un glorioso precedente 21 años antes. Desde el año 83 hasta el 87 Zaragoza fue cabeza de cartel del panorama de grandes mítines en España. El 23 de mayo arrancaba la pequeña historia del Gran Premio Ciudad de Zaragoza, en el que compitieron los mejores españoles y un buen ramillete de atletas extranjeros.

Por aquellos años, el atletismo zaragozano estaba en plena ebullición. Esa temporada las estrellas aragonesas eran los vallistas Javier Moracho y José Casabona, los fondistas Javier Cortés y Monse Abelló y el saltador Alberto Solanas.

Las carreras populares hacían furor en Zaragoza. Cortés y Mareca se repartían los triunfos en el Medio Maratón de San Jorge o la Popular del Pilar y en octubre nacía la Carrera del Ahorro. Domingo Catalán era el rey mundial de los 100 kilómetros y corría a un promedio de 18 kilómetros por hora cada 1.000 metros. Y las prodigiosas Tere Palacio, Begoña Miranda, Belen Asensio y Cristina del Palacio causaban admiración en la marcha española.

Ramón Sainz de Varanda, alcalde de Zaragoza junto a Romá Cuyás, delegado del Consejo Superior de Deportes presidieron la primera edición del Gran Premio Ciudad de Zaragoza, que contó con un presupuesto de cinco millones de pesetas. Nunca el atletismo había creado tanta expectación. El éxito de público fue total y las gradas se llenaron con 7.000 aficionados

La rumana Vali Ionesko saltó 6,86 en longitud, Thomas Slusarski 5,50 en pértiga, Moracho terminó las vallas altas en 13,98 y Bugar tiró el disco hasta los 50,06. Tras la competición se descubrió una lápida en recuerdo de Manuel Juan Boix. El júnior aragonés murió por un atentado en ETA en la estación de Chamartin.

La iniciativa se volvió a repetir en el 84. Ese año hizo acto de presencia el soriano Abel Antón. El atleta del Helios comenzaba su estancia de cuatro años en la capital aragonesa. Fue el atleta que más miradas arrastró en las pistas José Manuel Juan Boix con sus legendarios duelos con José Luis González y José Manuel Abascal en las pruebas de mediofondo.

La permanente presencia de Antón en la prueba junto al inoportuno cierzo que deslució las marcas en tres de las cinco ediciones, fueron el denominador común del mitin. En el 84 lo mejor fue el récord de España de José Luis González en los 3.000 (7.45.44).

En el 85 la reunión, que patrocinaban el Gobierno de Aragón y, sobre todo, el Ayuntamiento de Zaragoza, llegó a su cima. Ese año llegó a la presidencia de la Federación Aragonesa Eduardo Ruiz Bosch. Magnífico relaciones públicas, fue el impulsor de la Milla Ibercaja que nació en el año 86 y es el actual gerente de las pistas del Centro Aragonés del Deporte.

El mitin se televisó y se pusieron gradas supletorias. La prueba estrella fue el 3.000 lisos con el portugués Leitao, el suizo Deleze, Antón, Abascal y González. Leitao pensó que Antón era la liebre , le dejó escapar y el soriano ganó en 7.45.58 con 40 metros sobre el segundo.

Cita de estrellas

El año 86 las pistas congregaron a una constelación de estrellas. Desde Ovett a Ottey, pasando por Nate Page y los cubanos Robson da Silva, Andrés Simón y Luis Delis, junto al triplista Patusinski. El triunfo de Ovett sobre José Luis González en los 3.000 fue la foto de portada de todos los diarios aragoneses el día siguiente.

La buena estrella del mitin declinó en el 87. Y como despedida llegó su figura más rutilante, Said Aouita, plusmarquista mundial de los 1.500 lisos (3.29.46). El marroquí corrió el kilómetro en unos ventosos 2.21, Collet alcanzó los 5,60 en pértiga y el inevitable Antón, que se despedía de Zaragoza, ganó el 1.500.