El agua ya les espera. Envuelta en cierto desencanto tras la decepción de la selección española en los Juegos --que parece obligada a sufrir un cambio de generación-- y la crisis económica en algunos equipos de élite, mañana arranca la competición nacional de waterpolo para los tres equipos de Zaragoza. El Pla-Za, ya veterano en la máxima categoría, compartirá protagonismo con el equipo femenino del Club Escuela, recién ascendido a la División de Honor, mientras que el bloque de Helios repite participación en Primera después de lograr una apurada permanencia la temporada pasada.

Un ambicioso Pla-Za abre los ojos a Europa

En el Pla-Za ya aguardan con ansiedad la hora de tirarse a la piscina. Más de mes y medio de intenso trabajo, dentro y fuera del agua, han sentado los cimientos del actual proyecto zaragozano. Muchas cosas han cambiado. La directiva de El Olivar, no sin incertidumbre, cedió el testigo a un nuevo grupo de gestores que ha abierto un ambicioso horizonte: Europa. Con el fin de alcanzar la competición continental, cuatro poderosos brazos han llegado a la capital aragonesa: los del internacional Dani Moro y los de Miguel Hernando.Al frente del bloque continúa el madrileño Emilio Bautista, que conoce bien a los dos fichajes al coincidir en su etapa en el Canoe de Madrid. El entrenador se muestra optimista de cara al futuro y añade a los objetivos anteriores, la Copa del Rey y la disputa del playoff por el título, la competición europea. "Nos motiva mucho tener una meta tan exigente", confiesa. "Creo que podemos plantarle cara a cualquiera", advierte Bautista, que tiene su quiniela particular para la División de Honor: "Si descartamos, por potencial, al Barcelona, el Barceloneta y el Sabadell, entre el resto puede pasar de todo. El que se muestre más acertado será quien consiga el éxito", explica el técnico. Las dificultades económicas de algunos clubes, e incluso su desaparición, ha terminado por reforzar deportivamente a otros, debido al exilio obligado de jugadores destacados. "Es triste para el waterpolo que esto suceda", se lamenta Bautista.El primer rival que visita mañana (19.00 horas) la piscina del Parque Deportivo Ebro es el Sant Andreu, que llega más rodado a la cita después de disputar la Liga Catalana. Por contra, el equipo aragonés únicamente ha disputado tres encuentros amistosos de pretemporada, que se esperan suficientes para conquistar la primera victoria del año. "Siempre salimos a ganar, y en casa ante nuestra afición, más. La temporada pasada nos ganó los dos partidos, pero al final de la competición quedó por detrás de nosotros", concluye esperanzado Bautista. 2. La cantera de la Escuela debuta en la élite

"Nos vamos a quedar en División de Honor". Esta afirmación fluye de la boca de Francisco Orizo, el entrenador del Club Escuela Waterpolo de Zaragoza, único equipo femenino aragonés de la máxima categoría nacional tras conquistar el ansiado ascenso la pasada temporada. No habla desde la prepotencia; está convencido. Y sus argumentos son simples: el trabajo y la extraordinaria ilusión que las componentes de la plantilla --todas formadas en la cantera del club y con una media de edad de 17 años-- invierten en cada chapuzón. Sin embargo, no olvidan la dificultad de debutar en una Liga muy competitiva contra jugadoras profesionales y experimentadas.El conjunto zaragozano celebra con el ascenso sus 20 años de historia. "Algunas jugadoras incluso han aprendido a nadar con nosotros", destaca Orizo, que se muestra muy orgulloso de la entrega de las chicas. "Además de estudiar o trabajar, 3vienen a entrenarse 3 horas cada día y hemos aumentado la preparación física. Aunque la temporada sea mala, no será culpa suya", avisa. El técnico analiza al primer rival, el Moscardó, contra el que se estrena mañana: "Tenemos opciones de puntuar. Practican un juego duro, de contacto, poco técnico. El año pasado sólo perdimos por dos goles en el Nacional júnior, y prácticamente, los dos equipos son iguales", explica. El objetivo reside en la lucha por aferrarse a la élite, para lo que será necesario obtener todos los puntos posibles en la Piscina de Bomberos, que llena sus gradas --100 plazas-- en cada encuentro. "Si en las tres primeras jornadas no ganamos, no pasa nada. Es en la cuarta cuando empieza nuestra Liga", opina Orizo. El entrenador se refiere a la visita del GEiGE de Gerona, también recién ascendido. "Otros asequibles en casa son el Rubí, La Latina y Sant Feliú. Y fuera debemos pelear todos los partidos", señala el preparador, quien resalta cuatro puntos clave de su equipo: "Somos un bloque, la mayoría de las jugadoras podrían ser titulares; el buen momento de la goleadora, Beatriz Ajovín; el estilo de juego que nos permite hacer la portera, Lucía Escanero; y la actitud, porque todas se merecen un 10". 3. Helios confía ilusionado en la permanencia

Como el equipo femenino del Club Escuela, Helios inaugura la competición mañana en la piscina del Moscardó madrileño. El equipo que dirige Miguel Gil participa de nuevo en la Primera División del waterpolo nacional --la categoría de plata-- después de que el año pasado lograra la permanencia directa en la última jornada contra el Olot. "Nuestro primer objetivo es evitar llegar al último día jugándonos la vida. El año pasado sufrimos demasiado", reconoce el técnico heliófilo. "Aquella experiencia podemos aprovecharla. Confío mucho en mis jugadores y, si jugamos como somos capaces, podemos dar muchas alegrías", vaticina Gil.Una vez salvado el cuello, el entrenador piensa en dar oportunidad a los jóvenes de la plantilla, a la que esta temporada se han incorporado tres jugadores de El Olivar. "No descarto que nos clasifiquemos entre los cuatro primeros de nuestro grupo para jugar la fase de ascenso, aunque será complicado". Al técnico no le falta razón, ya que esta categoría ha elevado su nivel debido al desaparición de equipos de élite y la consiguiente emigración forzada de algunos internacionales con la selección española, como Javier Sánchez Toril o Iván Moro --hermano del jugador del Pla-Za--.El equipo zaragozano también confía en dar más alegrías a su afición, la más fiel y numerosa de la capital. "El año pasado sólo ganamos dos partidos en casa, mientras que fuera vencimos en cinco", recuerda Miguel Gil.