Zinedine Zidane pidió ayer compromiso a sus jugadores para los tres últimos encuentros que tienen que disputar antes del final de la temporada y recordó que, aunque habrá cambios en verano, muchos de sus hombres seguirán el próximo curso. El técnico del Real Madrid, más relajado que en la rueda de prensa posterior al encuentro que perdió ante el Rayo Vallecano, lanzó un mensaje a sus hombres. «Faltan tres partidos. Tenemos que jugar. Yo estoy bien, la verdad. El otro día muy enfadado, pero como todos, también los jugadores. No creas que ellos lo viven bien. Aquí va a haber cambios, pero muchos se van a quedar», dijo.

El regreso del brasileño Vinicius, tras más de dos meses de baja por lesión, devolverá hoy (16.15 horas) la luz a un Real Madrid apagado, con una plantilla abroncada en público por su entrenador tras caer en Vallecas y que quiere dejar buena imagen frente a un Villarreal que busca la salvación. Vinicius fue el encargado de ilusionar al madridismo durante una parte de la temporada, cuando Solari le dio paso. Su frescura aportó algo de esperanza a una temporada que pronto tocaría a su fin.

Tendrá minutos ante el Villarreal, de inicio o en el transcurso de un encuentro en el que la plantilla madridista debe lavar su cara tras lo ocurrido en Vallecas. Desde el regreso de Zizou, la imagen se salva en el Santiago Bernabéu y se desploma de visitante. Sin nada en juego, solo la presión de su público y no bajar los brazos en su estadio, impulsa a unos jugadores que cuentan los días para el final de temporada. El Villarreal aún no está salvado y Ramos, Odriozola y Benzema son baja.