El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, se mostró ayer favorable a que los exaltos cargos de la CNMV y del Banco de España imputados por el caso Bankia comparezcan en la comisión de investigación de la crisis financiera que prepara el Gobierno, independientemente de que finalmente resulten acusados o no. «Es bueno irse para atrás respecto a las causas de la crisis. No por buscar culpables, yo no soy un ángel vengador de nada, sino para no repetir errores», argumento en un acto de la APIE celebrado en Madrid.

Los dos imputados aseguraron ayer que no vieron irregular que Bankia contratase como asesor para la salida a bolsa a la consultora Deloitte siendo ya su auditora, una práctica sancionada posteriormente por el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) por suponer un claro conflicto de intereses. También defendieron que no detectaron ninguna irregularidad en que tres directivos tuvieran que devolver dinero de un plan de pensiones y en que uno de ellos, Miguel Crespo, siga como secretario del consejo de la entidad financiera.

Segura y Restoy, según las fuentes consultadas, no han explicado cómo pudo Bankia dar beneficios en el año 2010, ganancias que permitieron a sus directivos cobrar un bonus. Las cuentas no recogieron ni los 6.900 millones de euros en provisiones que se suponía que tenía ni los 3.800 millones para pagar despidos, según la acusación de la CIC. La CNMV, apuntaron, solo abrió un expediente al grupo financiero por no presentar las cuentas del 2011, pero lo tuvo que suspender al abrirse la investigación en la Audiencia Nacional.