El BCE ha comenzado a desmantelar su política de estímulos monetarios que puso en marcha durante la crisis económica para favorecer el crecimiento. El fin del ‘Quantitative easing’ de Mario Draghi debe ser el preámbulo para que los tipos de interés en Europa comiencen a subir, como ya ha ocurrido en EEUU. Sin embargo, los analistas coinciden en que ese momento no está a la vuelta de la esquina. Los más optimistas hablan de que las primeras subidas se producirán en el 2018, mientras que los más pesimistas apuntan hacia el 2019. Sea antes o después, la cuestión es hasta dónde volverán a subir los tipos de interés a medio y largo plazo. Nadie apuesta por un escenario en el que sea necesario sofocar la inflación con tipos altos.

En los últimos años, coincidiendo con diferentes campañas judiciales emprendidas por clientes y asociaciones de usuarios bancarios contra las hipotecas topadas (con cláusula suelo), el sector financiero español ha emprendido destacadas operaciones comerciales para vender créditos hipotecarios con tipo fijo, en lugar de los que contemplan tipos variables. Los bancos los comercializan como la forma que tiene el cliente de asegurarse que a lo largo de toda la vida del préstamo hipotecario pagará un interés que no superará un valor determinado (entre el 2% y el 3%, en la mayor parte de los casos). Pero también es cierto que, ante la situación actual de tipos de interés oficiales en torno al 0%, el coste de la hipoteca es todavía inferior para los clientes.

El euríbor es el principal índice de referencia para las hipotecas a tipo variable que comercializan los bancos. El 70% de los créditos hipotecarios están referenciados a este índice, mientras que el resto son de tipo fijo o están sujetos a otros índices de referencia. La evolución del indicador -que refleja el tipo al que se prestan dinero los bancos europeos con un plazo de 12 meses- suele anticipar la evolución de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). El tipo principal del banco central esta en mínimos (0,25%) desde el 2013. Siguiendo esa estela, el euríbor se situó en negativo por primera vez en febrero del 2016. Marcó el -0,008 ese mes y no ha abandonado el signo negativo desde entonces para llegar al nivel más bajo este octubre.