Las entidades financieras se repartieron el año pasado alrededor de 300 millones de euros (casi 50.000 millones de pesetas) gracias a las comisiones cobradas por el uso de los cajeros automáticos, según cálculos de fuentes del sector. Tanto el Banco de España como la Asociación de Banca Privada (AEB) aseguran, sin embargo, que desconocen el dato concreto.

Las comisiones que cobran las entidades financieras a los usuarios de cajeros automáticos por extraer dinero, por consultar el saldo y por revisar los movimientos de la cuenta corriente no son nuevas, aunque se intensificaron cuando cayeron los ingresos por la pura intermediación financiera. La novedad vino por la orden de transparencia dictada por Economía en octubre del 2003 que exigió a las entidades financieras informar a los clientes de las tasas que estaban cobrando desde hacía años. La orden ministerial dio un plazo hasta abril del 2004 para que los 50.500 cajeros informasen de las comisiones concretas que cobran. Hoy ya lo hacen más de un 60%.

El usuario no tiene ningún recargo si usa una terminal de su entidad con la tarjeta de débito. Pero paga una tasa del 0,30 euros en el caso de 4B, o del 0,60 euros en Servired, si accede a un cajero que no sea de su banco o caja.