En el Mobile World Congress (MWC) del 2017, el 5G fue protagonista por el número de promesas sobre esta nueva tecnología, aunque con pocas -o cero- realidades. En cambio, en el MWC de este año, que ha tenido lugar esta semana, se ha pasado a la acción con presentación de módems y procesadores, demostraciones de 5G y también planes de futuro. Pero ¿por qué es tan diferente el 5G? ¿Cómo va a cambiar la vida de los ciudadanos?

«Quien se imagine el 5G como la evolución que fue el 4G se equivoca. El 5G es una revolución mucho más amplia, lo cambiará todo», explicó hace dos semanas un directivo de Vodafone. Ese día, precisamente, el operador logró hacer la primera llamada del mundo sobre 5G, después de que en diciembre se estableciesen los estándares de radio para esta tecnología.

La quinta generación de telefonía móvil empieza a ser ya una realidad. Definidos parte de los estándares, comenzará el trabajo de fabricantes y operadores para desarrollarlo. Enrique Blanco, responsable de tecnología, redes y sistemas de Telefónica, detalló en el MWC que llevan cinco años trabajando en la llegada del 5G y que su equipo dedica el 50% del tiempo a dicha tecnología.

El 5G supone numerosas mejoras respecto de la anterior generación, lo que abrirá un mundo de posibilidades. «Con el 5G pasaremos de estar conectados solo las personas a que todo esté conectado», afirmó en la feria Tomás Alonso, director de ingeniería de producto de Orange España. Ese «todo» significa que, gracias al 5G, será factible que cualquier objeto incluya sensores y conectividad para comunicarse con otros objetos. Así, implicará una mejora de la velocidad: si con el 4G se lograba una velocidad de descarga de 150 megas por segundo, se pasará a hasta 20 gigas por segundo. Ello abre muchas posibilidades: desde la visión en vivo de vídeo 4K HDR a la computación a distancia, es decir, no habrá que instalar gran cantidad de procesadores en algunos objetos porque la computación se hará en la nube.

El 5G también trae consigo un descenso de la latencia, es decir, el tiempo que pasa entre que se da una orden y se ejecuta. La caída es de los 50 milisegundos del 4G a entre uno y cinco del 5G. En situaciones como una operación remota, hacer una incisión en el momento adecuado es vital; y en la conducción a distancia, frenar antes o después puede significar sufrir o no un accidente.

MÁS CONEXIONES

Otra de las ventajas del 5G es la cantidad de dispositivos que se pueden conectar a la red, una variable que en este caso pasará de los 10.000 dispositivos por kilómetro cuadrado a un millón. Este hecho, sumado a otra de las mejoras del 5G, la eficiencia energética, permitirá otro significativo avance: convertir en reales promesas como las ciudades conectadas o el coche autónomo. Colocando sensores en todo tipo de objetos, se puede tener monitorizada cada esquina de una ciudad. Si estos se hablan entre ellos, es posible mejorar la vida de los ciudadanos, que los coches puedan circular de forma autónoma, menos accidentes...

Por último, el 5G permitirá implementar redes virtuales (network slicing), es decir, dar características concretas a parte de la red, de tal manera que se pueda, por ejemplo, ajustar una latencia mínima para conexiones de emergencia y, por el otro, una gran velocidad de descarga para los usuarios comunes.

Pero los móviles que comenzarán a aparecer a mitad del 2019 se encarecerán entre 150 y 250 euros. El despliegue supondrá una gran inversión de las operadoras, que repercutirán ese coste en los precios de los servicios.