Abanca ha anunciado este lunes el cierre de la compra del negocio español del portugués Novo Banco. La entidad gallega controlada por el venezolano Juan Carlos Escotet incorporará así activos de unos 3.920 millones de euros y un volumen de negocio de unos 4.280 millones. El precio de la transacción no ha trascendido, pero la entidad lusa se apuntó en el tercer trimestre del año pasado unas pérdidas de 166 millones tras reclasificar su filial española como disponible para la venta.

Tras el cierre de la operación, pendiente como es habitual de las aprobaciones regulatorias, Abanca alcanzará un volumen de activos de unos 71.330 millones de euros, un volumen de negocio de unos 100.000 millones, y gestionará 42.368 millones de crédito a la clientela, 46.037 millones de depósitos y 11.789 millones en pasivo fuera de balance. El banco contará con 6.312 empleados y 745 oficinas, tras incorporar los 172 empleados, 102 agentes financieros y 10 oficinas de la entidad lusa.

Abanca ha asegurado que la compra le permitirá "reforzar su posicionamiento en el negocio de banca personal y privada y en el negocio de empresas, además de aumentar su presencia en España, fundamentalmente en Madrid". Según la entidad, la compra presenta un "bajo riesgo de ejecución y mínimo consumo de capital" y le permitirá mejorar su ratio de eficiencia (relación entre ingresos y gastos) gracias a las "importantes" sinergias que generará.

Abanca es la heredera de la fusión de las cajas gallegas, tras su nacionalización y venta a Escotet en 2013. En los últimos años ha protagonizado varias compras, como la integración en 2014 del Banco Etcheverría; en 2017 de Popular Servicios Financieros; en 2018 del negocio portugués de Deutsche Bank y del español de Caixa Geral de Depósitos; y en 2020 de Bankoa. Novo Banco, por su parte, es el heredero del Banco Espírito Santo, tras su nacionalización en 2014. En 2016 fue vendido al fondo estadounidense Lone Star.