«Ganar la batalla no significa ganar la guerra», advertía un accionista de Dia a un directivo de Letterone durante la última junta de la compañía. Entonces, la suma de títulos del magnate ruso Mijaíl Fridman (29% del capital) hicieron que saliese victoriosa la propuesta de ampliación de capital de 500 millones de euros planteada por Fridman (la participación en la junta fue del 54%) y necesaria para mantener en pie la compañía. Sin embargo, el alboroto entre los minoritarios en la Casa de América hacía presagiar que no se lo pondrían fácil al primer accionista de Dia.

Y así ha sido, los minoritarios han puesto en jaque la opa. Entre todos suman alrededor del 20% del capital y desde que Fridman lanzó la oferta de 0,67 euros por acción dejaron claro que no «malvenderían» la compañía. Hace tan solo un año los títulos de la cadena cotizaban a 3,5 euros y en abril del 2015 alcanzaron los 7, una cantidad que poco o nada tiene que ver con los 0,62 euros de cotización al cierre del 30 de abril o con el precio que ofrece Fridman.

Dia es la tercera cadena de distribución de España (7,5% de cuota de mercado) y la que más tiendas tiene a lo largo y ancho de la geografía nacional (alrededor de 3.500 establecimientos). Sin embargo, su situación financiera y patrimonial -en quiebra técnica- es compleja. Los accionistas culpan a la cúpula directiva, encabezada por Borja de la Cierva, de su mala gestión y al magnate ruso y al fondo de inversión Goldman Sachs de haber «tirado» de las acciones para facilitar la venta a precio de «saldo».

SOLO EL 15%

Tres meses después del anuncio de la opa, el ruso no consigue alcanzar el 35,5% que necesita para resolver la oferta. Mijaíl Fridman tiene asegurado poco más del 15% del capital en manos de fondos de inversión, accionistas que suelen acudir a este tipo de ofertas, pero el porcentaje restante le baila.

El mejor ejemplo es que Fridman amplió hasta en dos ocasiones los plazos -el 17 de abril, cuando solo el 3,3% del capital había aceptado vender, y el 26 de abril- y ahora acaba de iniciar una jugada maestra para simplificar la oferta.

Letterone ha pedido a la CNMV rebajar la aceptación del 35,5% al 21% pero sin que eso implique aumentar el precio a pagar por las acciones.

En una situación normal debería pagar un precio equitativo, esto es un precio no inferior al pagado por los títulos de la empresa en los últimos doce meses -en octubre de 2018, Mijail Fridman compró acciones a 3,73 euros-. Pero el ruso quiere acogerse a una excepción de la normativa para mantener los 0,67 euros por acción aludiendo a que la sociedad se encuentra «de forma demostrable en serias dificultades financieras».

Y en esas está la oferta, en pausa. La CNMV debe aceptar o rechazar la propuesta de Fridman en un plazo de tres días, que se podría alargar si el regulador reclama algún documento, y a partir de entonces quedarían otros seis días para liquidar la oferta.

En el mejor de los casos, la opa de Dia se resolvería el próximo 13 de mayo, justo una semana antes de que la empresa entre en preconcurso de acreedores, el 20 de mayo.