Tras dos años de destrucción masiva de empleo por las facilidades que las dos reformas laborales han dado para el despido colectivo, el primer semestre de este año ha marcado un punto de inflexión ya que ha bajado el número de trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo (ERE), el número de despedidos, las suspensiones de contrato y las reducciones de jornada.

Entre enero y junio 91.169 trabajadores se vieron afectados por procedimientos presentados en su mayoría por grandes empresas (entre 50 y 250 trabajadores), el 58,2% menos que hace un año, segun el Ministerio de Empleo. De ellos, 19.535 fueron despedidos (53,6% menos), a 51.754 les tocó una suspensión temporal del contrato (en forma de recortes de salarios y de días de trabajo) y 19.880 vieron reducida su jornada laboral. Es decir, las empresas optaron por los ajustes temporales de plantilla --mediante expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE)--, dado que el número de trabajadores implicados en estos expedientes es más de la mitad del total. La industria y los servicios fueron los sectores que más trabajadores aportaron a los ERE autorizados. En la mayoría, las empresas alegaron causas económicas, lo que afectó a seis de cada díez trabajadores. En concreto, las compañías que aplicaron un ERE disminuyeron un 50,4% respecto al 2013, hasta un total de 6.898.

El frenazo a los despidos y a otras formas de regulación de empleo, no llevó aparejada una reducción de la conflictividad. Los acuerdos entre empresa y representación de los trabajadores también cayeron, dado el amplio margen discrecional que la reforma laboral da a los directivos. Del total de expedientes, sólo 7.719 contaron con el visto bueno de ambas partes, lo que supone un 51,7% menos.