Los agentes sociales y económicos sufren en sus propias carnes la crudeza de la crisis. Desde que se inició, en el 2008, las principales organizaciones empresariales (CREA, Cepyme Aragón, la zaragozana CEZ, CEOE Teruel y CEOS Huesca) y sindicales (UGT y CCOO) de la comunidad han recortado conjuntamente sus plantillas en más de 200 trabajadores, prácticamente la mitad de los que tenían en los años de bonanza, según los datos recopilados por este diario. En una proporción similar se han reducido sus presupuestos, principalmente por la dependencia de fondos públicos, que han ido menguando año a año por las políticas de ajuste del gasto que viene aplicando la Administración para cumplir los objetivos de déficit. A pesar de la fuerte reestructuración interna que ya se ha producido, la mayoría de las entidades no tienen claro que haya sido suficiente para alcanzar el equilibrio en sus finanzas.

El mayor golpe a sus cuentas proviene de la disminución de los fondos que reciben de la Administración por convenios finalistas de prestación de servicios, principalmente en programas de formación y empleo (orientación, inserción, prácticas). Buena parte de los trabajadores de patronales y sindicatos estaban vinculados a la ejecución de proyectos encomendados por los gobiernos. La eliminación de muchas de estas actuaciones ha llevado a las organizaciones a desprenderse de los contratos adscritos a las mismas. Desde hace dos años, además, la gran mayoría de los programas sufragados por la Administración se ganan por concurrencia competitiva.

La patología es la misma en todos los casos, pero cada organización tiene sus peculiaridades. CREA, la principal patronal aragonesa, ha tenido que llevar a cabo "significativos ajustes para adecuarse a las necesidades y exigencias de la situación económica y de actividad", explica su presidente, Fernando Callizo. Todo ello, con el problema añadido de la hipoteca que suscribió para sufragar su sede, un proyecto que permitió salvar lo que fue el pabellón de Aragón en la Expo de Sevilla. Para ello, la Fundación CREA solicitó un préstamo de 3,90 millones de euros. Tras renegociarlo el pasado febrero, la cuantía pendiente es de 2,67 millones.

"Aunque creemos que el grueso del ajuste está hecho, no podemos asegurar que el proceso haya finalizado ya que se siguen produciendo recortes y reorganizaciones en los fondos (públicos)", concluye Callizo.

MÁS AJUSTES

Cepyme Aragón, la segunda patronal de la comunidad, tampoco ve con claridad el futuro. "Dependerá de los proyectos que tengamos, pero la situación no es fácil para ninguna organización ni empresa", indica su secretario general, Rafael Zapatero. Sobre la necesidad de más recortes internos, sostiene que "posiblemente haya que hacer más ajustes en algunas áreas y ampliar medios en otras".

La patronal zaragozana CEZ puso en marcha un plan de reestructuración en mayo del 2014, ya con Ricardo Mur como nuevo presidente. El ajuste ha reducido "al máximo" los costes operativos y en un 35% los de personal. Además, esta organización ha renunciado a los fondos de formación subvencionada, lo que "ha reducido de manera importante nuestras necesidades de financiación externa", subraya Mur. Tras años de pérdidas, la CEZ espera volver a tener resultados positivos en el 2015. "Nuestro plan de ajuste --añade-- ha concluido, solo está pendiente la venta de nuestra oficinas, lo cual permitirá reducir drásticamente nuestro endeudamiento".

En el flanco sindical, UGT Aragón empezó realmente a notar la crisis en el 2010, sobre todo por la reducción de subvenciones. Para hacer frente a esta situación, ha acometido una racionalización de gastos pero con el añadido de que sigue soportando el crédito bancario utilizado para construir su centro de formación Arsenio Jimeno.

"Seguimos en el camino de la racionalización de gastos generales y en mejorar procedimientos de trabajo internos", señalan desde el sindicato liderado por Daniel Alastuey, que apuesta por "tender hacia la autosuficiencia financiera y evitar tener tanta dependencia de subvenciones". La promoción de sus servicios jurídicos y la redefinición de su centro de vacaciones de Ligüerre de Cinca (Huesca) son otros de sus proyectos. "Si la recuperación económica avanza, estimamos que no serán necesarios más recortes", aseguran.

Más escépticos se muestran en CCOO. "La incertidumbre sobre los ingresos y la situación futura hace que no podamos descartar la adopción de medidas de ahorro adicionales", asevera Pablo Castillo, secretario de Organización y Finanzas.

DESPRESTIGIO

La debilidad financiera ha tensionado internamente a los agentes sociales, que han tenido que pasar el duro trago de despedir a un considerable número de trabajadores. "A perro flaco, todo son pulgas", señala un dirigente sindical. Además del deterioro interno, estas organizaciones sufren un profundo desgaste externo a raíz, fundamentalmente, de los escándalos, abusos y malas prácticas en los que se han visto implicadas.