En el sector del gas andan preocupados. Aunque el déficit que se produce entre los ingresos reconocidos y sus gastos es casi simbólico comparado con los más de 30.000 millones de euros acumulados por la tarifa eléctrica, las cosas podrían cambiar. El año pasado, este desfase apenas fue de 28 millones de euros, con lo que suma su segundo ejercicio cercano al equilibrio. El déficit acumulado es de unos 300 millones, el 1% del sector eléctrico, que se financia a plazos a través de los recibos de los usuarios.

Tras las inquietudes del sector se encuentra el almacenamiento subterráneo Castor, cuyo principal accionista es ACS. La instalación, paralizada desde septiembre por los seísmos que se registraron en la zona de la costa de Castellón y alrededores en la que se encuentra, podría modificar la situación financiera del sistema. De ahí que el presidente de Gas Natural, Salvador Gabarró, afirmara durante la última junta de accionistas que no hace falta ninguna reforma en el gas del calado de la que se ha llevado a cabo en el sistema eléctrico.

En el trasfondo se encuentran los más de 200 millones de euros de retribución anual comprometidos con el Castor, en el caso que llegue a operar --en caso contrario estallará el conflicto sobre una posible compensación--; y que solo se pueden financiar de dos maneras: con una subida de las tarifas, que acostumbra a desagradar al Gobierno; o repartiendo el coste en el sistema del sistema gasístico a través de un recorte de su remuneración en las actividades reguladas, que inquieta al sector. Este almacenamiento, presupuestado en unos 500 millones de euros, disparó sus costes por encima de los 1.300 millones. En cualquier caso, el Gobierno quiere alcanzar una solución antes del verano.