Alemania es desde este enero un país un poco menos injusto con lasmujeres. El pasado 11 de enero el gobierno federal encabezado por la cancillera Angela Merkel respaldó la creación de una ley de transparencia que permitirá a los trabajadores denunciar a sus jefes si estos no son capaces de argumentar la ya problemática desigualdad entre los salarios que un hombre y una mujer reciben por hacer el mismo trabajo. “Este es un verdadero avance”, celebró la ministra de Asuntos Familiares, Manuela Schwesig, impulsora de la medida.

De esta manera, el plan de Berlín forzará a las empresas que tengan más de 200 empleados a su cargo a darles detalles sobre como se calculan sus sueldos mientras que las grandes empresas con más de 500 trabajadores deberán elaborar informes regularmente sobre su situación salarial y sobre sus esfuerzos para que no se produzca ninguna discriminación de género en la paga.

Según ha informado el ministerio, este proyecto aprobado por el gabinete alemán tras una larga disputa interna afectará aproximadamente a 14 millones de trabajadoras en Alemania, lo que supone la mitad de las empleadas del país. "La ley quiere romper con el tabú de que no se habla de dinero", remarcó Schwesig en declaraciones al ‘Rheinische Post’ aludiendo a que se trata de una cuestión de justicia social.

La ministra socialdemócrata ha insistido en que este ejercicio forzado de transparencia de las empresas permitirá a las mujeres conocer si reciben un salario justo, uno de los principales problemas con los que se encontraban a la hora de denunciar su discriminación económica. El proyecto de ley se tramitará para su aprobación al Bundestag, el parlamento federal alemán, antes de que finalice la legislatura actual en septiembre.

LAS MUJERES SIGUEN COBRANDO MENOS

Esta medida pretende revertir la tendencia actual que vive Alemania, donde las mujeres siguen teniendo un peor sueldo que los hombres aunque realicen el mismo trabajo. Así, según apuntan los informes oficiales del gobierno, las mujeres cobran de media un 21,6% menos que sus compañeros si se hace una comparación global, mientras que se reduce al 7% cuando se trata de hombres y mujeres que comparten el mismo trabajo y rango laboral.

Según datos de Eurostat, el 2015 un 73,6% de las mujeres alemanas formaban parte del mercado laboral mientras que entre los hombres el porcentaje se eleva al 82,3%. Aunque su inserción ha aumentado en la última década la diferencia salarial sigue siendo un lastre. La brecha de género en Alemania es de las más altas de la Unión Europea(UE), solo superada por la República Checa y Estonia y lejos del 6,5% de diferencia de Italia. En el 2014, solo el 29% de las mujeres alemanas ocupaba posiciones administrativas, por debajo de la media comunitaria del 33%.

MEDIDAS CONTRA LA DESIGUALDAD

El nuevo proyecto de ley impulsado por conservadores y socialdemócratas intenta reducir la histórica desigualdad salarial que han sufrido las mujeres del país a falta de ocho meses para la celebración de unas elecciones federales en las que la cancillera Merkel se juega su cuarto mandato al frente del motor económico de Europa. Con esta iniciativa el Ejecutivo remarca su voluntad de seguir dando pasos hacia un modelo de país más justo e igual. En ese mismo camino, a principios del 2016 impulsó una ley de cuotas por la que se establece que el 30% de los consejos de administración de las 100 empresas más grandes del país debían estar ocupados por mujeres.

Más allá del debate sobre su rol de poder, curiosamente Alemania tiene una primera plana política en las que sobresalen mucho ejemplos femeninos. Además de Merkel, líder de los conservadores democristianos y una de las estadistas más poderosas del mundo, dos nombres han irrumpido con fuerza en el tablero alemán: Frauke Petry, líder de los populistas xenófobos de Alternativa por Alemania (AfD), y Sahra Wagenknecht, cabeza de lista de los poscomunistas de Die Linke. Tres mujeres que tendrán mucho que decir sobre el futuro de la igualdad en Alemania.