La irrupción por todo el mundo de las plataformas digitales está extendiendo también allí donde operan el debate sobre sus modelos laborales. Las multinacionales como Uber, Deliveroo o Glovo se encuentran con movimientos locales que reivindican mejores condiciones de trabajo. Y también otras corrientes, que defienden los mismos modelos que las empresas, se movilizan para evitar cambios legislativos que puedan alterar las actuales reglas del juego. Este jueves en las principales ciudades de toda España están citados los segundos, para protestar contra la nueva ley que prepara el Gobierno en relación al trabajo en plataformas. Y los primeros, aquellos favorables a una relación de asalariados y sus garantías, han convocado protestas en distintos países para el próximo 24 de febrero.

Bajo la óptica de 'piensa global, actúa localmente', una alianza de repartidores que pretenden ser reconocidos como empleados por las plataformas han convocado protestas. Se han agrupado bajo las siglas UWA (Unidas World Action). Una alianza internacional que agrupa 17 organizaciones sindicales de más de diez países de Europa y Latinoamérica. Bajo el lema "Nosotros, trabajadores y trabajadoras de plataforma somos empleados y no 'socios' sin derechos", el próximo 24 de febrero han llamado a la concentrarse ante las delegaciones de la Unión Europea para exigir una directiva europea sobre los derechos laborales del trabajo en plataformas. Una que vaya más allá del blindaje de mínimos que aprobó en abril del 2019 el Parlamento Europeo para garantizar unos mínimos derechos para los trabajadores "atípicos".

Dos modelos laborales antagónicos saldrán este febrero a las calles para reivindicar sus derechos. En España, las asociaciones de 'riders' que pretenden seguir siendo autónomos han convocado manifestaciones en diez ciudades españolas contra el proyecto de ley que prepara el Ministerio de Trabajo. Una norma que llega tras una censura prácticamente unánime desde los tribunales españoles al modelo de autónomos, considerándolos falsos y exigiéndoles a las empresas cantidades millonarias que adeudan a la Seguridad Social. Entre Amazon, Glovo, Deliveroo, UberEats y Stuart deben más de 25 millones de euros al fisco español. Estos repartidores pretenden seguir siendo autónomos, en aras de mantener la "flexibilidad" que les garantiza el actual modelo y sus ingresos rápidos. Aunque sean ellos los que asuman el coste de su actividad y no tengan asegurado un suelo de ingresos.