La pugna por la fábrica de Inasa Foil ya tiene ganador. El grupo industrial Alibérico firmó ayer en una notaría de Zaragoza la compra de la planta de Sabiñánigo por un importe de 1,2 millones de euros. Su presidente, Clemente González Soler, aseguró ayer tras reunirse con el consejero de Industria de la DGA, Arturo Aliaga, que su intención es reiniciar este mismo mes la actividad de la factoría, que lleva un mes paralizada. El propietario del que es el primer grupo español del aluminio apeló a su experiencia en el sector para potenciar la fábrica. De hecho, su plan de negocio pasa por triplicar en cuatro años la producción, ahora situada en unas 8.000 toneladas al año.

Además, la compañía madrileña maneja unas previsiones de empleo para el 2017 de hasta 160 trabajadores, mientras que estima que concluirá el 2014 con entre 70 y 80 personas. "Este mes de julio contrataremos a unos 45 empleados porque nuestra intención, si es posible, es poner en marcha la fábrica este próximo lunes", señaló González Soler, que apuntó que ha contratado los servicios de Adecco para que se haga cargo del proceso de selección de personal.

Una de las grandes incógnitas es si Alibérico contratará a alguno de los 90 trabajadores que formaban hasta ahora la plantilla de Inasa. En este sentido, González Soler aseguró querer contar "con los mejores, en el sentido de currículo, formación y valores". "A nosotros nos encanta la gente joven, pero también valoramos mucho a la gente con experiencia siempre que se comprometan y persigan nuestro mismo objetivo", dijo.

La opción de Alibérico fue la segunda que eligió el juzgado Mercantil de Huesca en el proceso de Inasa, que llevaba en liquidación desde febrero del 2013. De hecho, en su auto del pasado 8 de mayo, el magistrado adjudicó la planta a Aludesa --la sociedad anónima laboral creada por 81 de los 92 trabajadores de la factoría de aluminio-- pero apuntó que en el caso de que la plantilla no hiciera efectiva la compra en el plazo estipulado sería Alíberico quien podría adquirir la firma.

LA OPINIÓN DE LA PLANTILLA Aludesa no ha podido reunir los 3,8 millones de euros que se fijó como precio y ayer volvió a lamentar que el montante "no se ajustaba a lo que se había presentado en un principio". La oferta planteada por los trabajadores establecía que el precio debía corresponder con el obtenido del pago de las indemnizaciones por despido, en torno a 3,5 millones de euros. "El problema es que el juzgado las redujo a 20 días, casi la mitad", reiteraron ayer fuentes de Aludesa.

Con todo, la sociedad laboral ha intentado estos últimos meses conseguir el apoyo de las entidades y, según apuntan, "estábamos a punto de cerrar una operación en este sentido, aunque ahora todo se complicará aún más".

Por otra parte, desde Aludesa se consideró que la compra de Alibérico "no se ajusta a derecho", ya que, en su opinión, "el auto del juez aún no es firme porque todavía quedan recursos pendientes de resolución". Así, las citadas fuentes ya adelantaron que estudiarán emprender acciones legales "para intentar frenar la operación".

Asimismo, recordaron que en la oferta de compra presentada por el grupo madrileño aparecía "como condición previa a la adquisición la extinción de todos los contratos, puesto que los costes laborales estaban muy por encima de los del convenio del Metal de Huesca".

A este respecto, González Soler indicó ayer que la planta "llevaba diez años perdiendo dinero" y que una de las razones era "que los gastos eran superiores a los ingresos". No obstante, subrayó que la firma paga "por encima de los convenios provinciales" y apuntó que sus retribuciones se basan mucho "en variables por objetivos".

Lo que no quiso desvelar el presidente de Alibérico es el nombre de la empresa. "Mañana (por hoy) lo diremos, aunque puedo adelantar que tendrá dos palabras y la segunda será Aragón", comentó González, que añadió que ahora "el primer objetivo es recuperar a los clientes de Inasa". "La planta funcionaba a un tercio de sus posibilidades,; el reto es facturar 80 millones de euros en cuatro años, pero no será fácil", señaló. Por el momento, Alibérico ha vuelto a contratar a dos empresas que ya eran proveedoras de Inasa.

El alcalde de Sabiñánigo, Jesús Lasierra, destacó que la compra "aporta un punto de esperanza", ya que la planta, al estar paralizada, "se deterioraba día a día", al tiempo que mostró su "satisfacción por que el comprador sea una empresa y no un fondo de inversión".