La inversión extranjera directa (IED) en América Latina y el Caribe disminuyó un 7,9% en el 2016 respecto al año anterior, como parte de una tendencia a la baja que se mantiene, según los últimos datos ofrecidos por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Desde el año 2011, cuando alcanzó su máximo (206.935 millones de dólares), la IED acumula una disminución del 17,0% y para el 2017 se proyecta una nueva bajada, en torno al 5,0%, según la Cepal. En el 2016, la inversión hacia la región totalizó 167.043 millones de dólares. Ante este descenso continuado, la Cepal ha hecho un llamamiento a los países para generar políticas que atraigan flujos que apoyen los procesos de desarrollo sostenible.

Los resultados se explican por los bajos precios de las materias primas y su impacto en las inversiones dirigidas a recursos naturales y por el lento crecimiento de la actividad económica en varios países, según indica el informe. También por el escenario global de sofisticación tecnológica y expansión de la economía digital, que tiende hacia una concentración de las inversiones en las economías desarrolladas, agrega el estudio.

LA EXCEPCIÓN / Pese a la recesión, Brasil aumentó un 5,7% sus ingresos de IED en el 2016 y fue el principal receptor en la región, con 78.929 millones de dólares (47% del total). En México, que recibió 32.113 millones de dólares y fue el segundo país receptor (19% del total), la IED cayó un 7,9%.

En cuanto al origen de procedencia de las inversiones, el informe advierte de que no se ha diversificado: el 73% del total de la IED ingresó desde Estados Unidos (20%), principal inversor individual, y de la Unión Europea (53%), mientras China es responsable de solo el 1,1% de la inversión extranjera directa en el territorio.