"Entrad por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran". Así concluyó Jesús --según la Biblia, al menos-- un famoso sermón; un pasaje que inspiró a André Gide su novela La puerta estrecha. En ella, los dos personajes principales hacen una interpretación opuesta de las palabras del mesías de los cristianos. El protagonista, así, resuelve que debe ser virtuoso para merecer a su amada. Pero esta, en cambio, entiende que debe renunciar a él.

Los mercados llevan días moviéndose por un camino estrecho: entre la peor y la mejor sesión de la semana apenas ha habido un 0,75% de diferencia en la cotización del Ibex 35. La duda es qué nos espera tras pasar la estrecha puerta. Los analistas advierten de que las bolsas europeas se han quedado sin referencias en las últimas dos semanas y bailan al compás de Wall Street. Hasta que no haya un elemento catalizador de importancia, no romperán al alza o a la baja. Quizá lo aporte Moody's con su revisión de la calificación de la deuda española.

La jornada de ayer fue un ejemplo: solo la buena apertura en EEUU permitió al Ibex subir un ligero 0,09%, a los 10.071 puntos, con lo que cierra la semana con un pequeño retroceso del 0,61%. La prima de riesgo se sigue moviendo en torno a los 190 puntos básicos.