Otra jornada en la que ha disentido las estadísticas de la economía real y la evolución de los índices de la renta variable. El miércoles ya se tuvo un anticipo en la difusión de las actas de la reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos en julio, que reflejaban, en un texto lleno de matices y evasivas, que el mercado laboral norteamericano reflejaba una recuperación mejor de lo que se esperaba. Y acto seguido, se aseguraba que tampoco era una señal suficiente de cambio estrategia. Ayer se recibió otra remesa de indicadores, tanto en EEUU como en Europa, donde los analistas apreciaban los mismos síntomas que en la jornada anterior: parece que vamos mejor pero aun es pronto para asegurar que el peligro de recaída remite.

El dato que mereció más atención de los operadores fue el de compras de las grandes empresas de todo el mundo. El de Francia no era bueno, sin paliativos; el de Alemania tampoco, pero lo sufientemente relativo como para llegar a presumir que el retroceso --inesperado-- de su PIB el mes pasado es solo pasajero. En EEUU sucedió algo similar, pero los corredores de bolsa optaron por acogerse a la reducción del indicador de demanda de subsidios de desempleo de los últimos meses para determinar que la recuperación sigue con paso firme, aunque sea lento. Como todo iba por adelantado, hoy pueden despejarse las dudas a partir de las esperadas intervenciones de Janet Yellen y Mario Draghi en Jackson Hole. De momento las bolsas alcistas llevaron al Ibex 35 hasta los 10.556 puntos (+1,30%).