Antonio Carrascosa, director general del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), acaba de pilotar la venta de Catalunya Caixa (CX) al BBVA por 1.187 millones, oferta que se impuso a las de Santander y CaixaBank. Una de sus prioridades ahora es depurar responsabilidades en las entidades que recibieron ayudas públicas.

--Ha afirmado que los problemas de CX provienen de una gestión pasada "como poco, mejorable".

--El problema fue la concesión de créditos de manera muy poco prudente. Estamos recibiendo los informes de las empresas especializadas en análisis forense. Claramente hay indicios de irregularidades pasadas. En los próximos meses, cuando los haya revisado un abogado penalista, tomaremos las acciones oportunas.

--¿Cómo fue el proceso?

--Primero analizaron las operaciones las auditorías internas de las entidades bajo una serie de características y parámetros definidos por el FROB. Después, bajo la supervisión y conformidad del FROB, las entidades contrataron hasta siete consultoras especializadas en análisis forense para el estudio de casi 100 operaciones. Los trabajos están en fase de conclusión. Una vez se reciban los informes definitivos se analizarán desde una perspectiva jurídica para llevar a cabo en su caso acciones pertinentes antes de que acabe este año.

--¿Quién se beneficiará de las posibles multas o indemnizaciones?

--Las posibles cantidades que se recuperen, si finalmente hay sentencias condenatorias, serán para el FROB. Incluso en el caso de CX y NovaGalicia Banco (NGB), porque se incluyeron cláusulas en los contratos de venta para ello.

--¿Ha habido irregularidades en los cuatro bancos nacionalizados (Bankia, CX, NGB y Banco de Valencia)?

--Sí. Hemos recibido algunos informes preliminares y claramente hay operaciones en las que se observan indicios de irregularidades.

--Miguel Ángel Fernández Ordóñez, anterior gobernador de Banco de España, dijo que la CAM era "lo peor de lo peor". ¿Se puede decir ahora que en realidad lo ha sido CX?

--Claramente es la entidad que ha recibido mayor ayuda pública en relación a sus activos.

--¿Se equivocó la anterior cúpula del Banco de España al aprobar la fusión que dio lugar a CX?

--No conozco la situación de las cajas antes de la fusión. Lo que es claro es que si varias entidades bancarias tienen problemas que pueden afectar a su solvencia, una fusión no suele solucionar los problemas.

--El BBVA ha reservado 450 millones para reestructurar la entidad. ¿Hará ajustes adicionales?

--Esta pregunta debería ser dirigida al BBVA. Lo que está claro es que tendrá que negociar con Bruselas para modificar el plan de resolución. Esta modificación puede afectar tanto a los objetivos cuantitativos de adelgazamiento de la entidad como a su composición.

--¿Obligará Bruselas a los accionistas minoritarios, antiguos preferentistas, a vender al BBVA?

--En las próximas semanas lo sabremos. Parece poco probable, ya que creemos que el precio obtenido en la venta de la entidad supera el coste de las garantías ofrecidas en los dos procesos (la venta del banco y de una cartera de hipotecas con un valor nominal de 6.392 millones).

--Ya se han perdido unos 34.000 millones de ayudas de capital del FROB y del Fondo de Garantía de Depósitos. ¿Se dan por perdidas la mayoría de las ayudas?

--Todavía no se puede afirmar porque tenemos una gran entidad cotizada, en reestructuración y no en resolución como CX y NGB, que es Bankia. Y otra menor, BMN, que vamos a sacar a bolsa para colocar luego paquetes en el mercado. Hasta que no acabe la venta de esas dos entidades, y especialmente de Bankia por su tamaño, no se puede decir que la mayoría de las ayudas se ha perdido. Se va a intentar, y todavía es posible, recuperar al menos lo que se ha inyectado en Bankia y BMN. La recuperación en las tres entidades en resolución, Banco de Valencia, NGB y CX, era complicada por la propia definición de entidad en resolución; es decir, una entidad inviable. En estos casos, la recapitalización, en su mayor parte, va a cubrir pérdidas.

--¿De dónde vienen esas pérdidas?

--Se producen en su mayor proporción cuando se recapitalizaron las entidades, en el 2012. Incluso tienen su reflejo en el déficit público. Ya están registradas. Pero se derivan de un proceso dilatado en el tiempo, de la cosecha de créditos otorgados a partir del año 2004, aproximandamente, en el apogeo de la burbuja.

--¿Es posible hacer una valoración positiva de la reestructuración financiera a pesar de las pérdidas?

--Para valorarlas hay que ponerlas en su contexto. Si no se hubiera reestructurado el sector financiero, el Tesoro no se habría ahorrado respecto a los intereses de la deuda pública presupuestados casi 14.000 millones de euros entre el 2013 y el 2014. Y no habría sido posible la recuperación económica ni la bajada de la prima de riesgo desde el máximo del 2012 en unos 500 puntos. Y eso son menores costes de financiación para las empresas y las familias, que son contribuyentes. Hay que hacer un análisis global, teniendo en cuenta que el sector financiero está en el centro neurálgico de cualquier economía. Una situación de colapso del sistema afecta a toda la economía. Un saneamiento del sistema acaba beneficiando a todos los agentes.

--¿Se descartan nuevas ayudas? ¿Qué sucederá si, por ejemplo, alguna entidad suspende el examen a la banca europea del BCE?

--No esperamos sorpresas negativas. Pero, si se produjeran, las entidades podrán acudir al mercado gracias a la mejora actual de las condiciones del mismo.