Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de petróleo, logró ayer frenar la escalada que venía registrando el crudo al proponer un aumento de la oferta de los países productores que conforman la OPEP. El barril de Brent, la calidad de referencia en Europa, se desplomó más de un dólar, por debajo de los 36, después de haber superado con creces los 37 dólares la semana pasada, la cota más elevada desde la guerra del golfo Pérsico en octubre de 1990. El crudo de referencia en Nueva York alcanzó los 40 dólares el viernes, su precio más alto en casi 14 años.

La medida propuesta por el país árabe, el principal socio de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, impuso cierta calma y el barril llegó a caer casi un 4% en el mercado de Londres, aunque luego se situó por encima de 36 dólares. Además, la noticia de que se había producido una fuerte explosión en una terminal de un oleoducto en el sureste de Irak amenazó por la mañana con una nueva subida del crudo.

El ministro saudí del Petróleo, Ali al-Naimi, propuso un aumento de 1,5 millones de barriles diarios en la producción del cártel exportador, justo la misma cantidad que decidieron retirar del mercado desde el pasado 1 de abril. La OPEP tiene previsto celebrar una reunión el próximo 3 de junio en Beirut, pero su secretario general, Maizar Rachman, aseguró que la organización mantendrá un encuentro este mes en Amsterdam.

Arabia Saudí admitió que el nivel de precios actual podría frenar la recuperación de la economía mundial. Portavoces de la OPEP aseguraron la semana pasada que el cártel no era el responsable del incremento que estaban registrando los precios, puesto que sus socios estaban produciendo por encima de la cuota que tenían prevista desde el pasado 1 de abril.

Además de a las incertidumbres geopolíticas, la Organización de Países Exportadores de Petróleo responsabilizó del alza de las cotizaciones del crudo a la especulación y a la fuerte demanda de economías emergentes como China.