Nadie está a salvo de la fuga de empresas y Aragón no es una excepción. Sin embargo, aunque frente a este hecho no existen fórmulas mágicas, la comunidad se encuentra inmersa en la búsqueda de alternativas que frenen la deslocalización industrial, que en los últimos tiempos han afectado a varias empresas de la región, entre ellas Delphi, en Belchite y Moulinex, en Barbastro.

Los bajos costes salariales, principalmente en los países asiáticos, la lejanía de los centros de decisión de las empresas y las normativas medioambientales (aplicación del protocolo de Kioto) son algunos de los factores que han convertido la fuga de compañías en "un fantasma que está recorriendo toda Europa".

Así definió el consejero de Economía, Eduardo Bandrés, este fenómeno en la clausura de la jornada sobre Las alternativas a la deslocalización de empresas , organizada por la Cámara de Comercio de Zaragoza, y en la que participaron el catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Zaragoza, Vicente Salas; el portavoz del PSOE en la Comisión de Trabajo del Congreso, Jesús Membrado; el presidente de Uniconsult, Fernando de Salas; y el presidente de la Cámara, Manuel Teruel.

Sin embargo, Salas consideró que, aunque Aragón "está también amenazada", cuenta con factores "atenuantes" que permiten reaccionar, como su potencial en recursos naturales. Pero advirtió de que el círculo de la deslocalización se ensancha al mismo tiempo que las tecnologías y las ventajas de la especialización se hacen mayores.

Por ello, la receta, según Bandrés "no es competir a la baja con menores costes de producción, reducir las prestaciones sociales o primar las inversiones a costa del medio ambiente", algo que calificó de "búsqueda de competitividad pasiva". Al contrario, dijo que las fórmulas a medio plazo se resumen en más innovación y más formación.

ALTERNATIVAS Un dato relevante es que la formación de los empresarios se encuentra a mitad de camino de la que presenta el resto de población. La clave, a juicio de Bandrés, no está sólo en destinar más recursos sino en estrechar la relación entre los centros de investigación y las empresas. Asímismo, Salas abogó por una mayor apertura de la sociedad aragonesa a los profesionales cualificados, incluso de fuera de la comunidad, así como aprovechar la oportunidad que ofrece la ampliación de la Unión Europea. El consejero de Economía también apostó por "mejorar la gestión de la innovación" y la transferencia tecnológica, a través de la creación de managers en innovación.

Pero Aragón también tiene recursos financieros, apuntó Salas, para combatir este fenómeno. Al respecto, Bandrés consideró que el fomento de la iniciativa empresarial, ligada a sociedades de capital riesgo para llegar donde el emprendedor no puede, es una fórmula que traerá resultados positivos. Además, se refirió a la necesidad de fomentar la internacionalización de las empresas.

Por otro lado, Membrado descartó la desregularización como una solución, aunque abogó por una mayor flexibilización laboral. En este sentido, Bandrés planteó que en la negociación colectiva "hay que vincular los salarios a la productividad", también en caso de beneficios.

Finalmente, el presidente de Uniconsult, dedicada a la recolocación tras las crisis industriales, explicó la tarea de buscar empresas que absorban trabajadores que, antes, deben reciclarse para su nuevo empleo.