Yudigar, Syral, Saint Gobain, Orange, Sabeco y Decathlon, entre otras, son nombres de empresas francesas con los que Aragón se ha ido familiarizando en los últimos años y que han apostado por la comunidad como destino de inversión. En total, unas 35 compañías de capital galo, que emplean a 7.150 personas, están instaladas en el territorio aragonés, que ha ejercido de imán para el país vecino hasta el punto de desbancar a Alemania del primer puesto en volumen de exportaciones. Además, las firmas francesas aglutinan el 23% de los 30.500 empleados aragoneses que trabajan en compañías extranjeras.

La proximidad y las buenas relaciones entre ambos territorios han permitido que los flujos económicos hayan cuajado en los últimos años, a pesar del histórico déficit en materia de comunicaciones. Los últimos ejemplos han sido las inversiones de Syral en Zaragoza (30 millones en una factoría que da empleo directo a 180 personas) o de Decathlon, donde trabajan más de 450 personas, y cuya implantación en el 2011 ha convertido a la capital aragonesa en el punto de origen desde donde la firma abastece a 20 almacenes de la compañía en toda Europa. Son solo dos ejemplos.

Ayer, el Gobierno de Aragón quiso dar cuenta de esta inercia en materia comercial y, para celebrarlo, reunió a un total de 50 empresarios franceses en un almuerzo que sirvió para "fidelizar a las compañías ya instaladas en la comunidad y afianzar el mantenimiento del empleo". Así, a pesar de las dudas sobre la economía gala y de una posible recaída de Europa en un nuevo ciclo bajista, el país vecino parece convertirse en un socio estable y "sólido". De hecho, Aragón Exterior (Arex) ha detectado ya algunos síntomas que apuntan a que los flujos comerciales se podrían intensificar, como es el hecho de que cada vez se pidan más trabajadores con francés en las empresas aragonesas y que haya compañías francesas que comienzan a buscar proveedores españoles.

OPTIMISMO Y RECUPERACIÓN

Ante este posible escenario, el consejero de Economía, Francisco Bono --que ejerció de anfitrión-- quiso espantar de un plumazo cualquier atisbo de recesión en el horizonte. "Estamos viviendo un panorama muy distinto al que había; hasta se detecta alegría", subrayó en relación a la recuperación de la economía española. "Algunos riesgos pueden modificar algunas décimas el nivel de crecimiento, pero no vamos a volver ya a las andadas, ni mucho menos", enfatizó Bono. Eso sí, no pudo evitar aludir a los últimos escándalos de corrupción que salpican a España, consciente de que en Francia están al corriente de ello. "Ahora, el problema son otras cosas que son lamentables", indicó el titular de Economía de la DGA.

Durante el 2013, Francia se convirtió en el tercer país de origen de las inversiones extranjeras en España, con un incremento del 56%. Consciente de ello, Bono trató de vender Aragón como la mejor opción para invertir. "Somos el Madrid del noreste de España", dijo tras reseñar que la comunidad cuenta con una gran tradición industrial, grandes empresas, escasa conflictividad laboral y un buen grado de apertura al exterior, así como herramientas financieras al servicio de las empresas y "despachos abiertos a cualquier hora para cualquier empresa", apuntó el consejero.