Las empresas aragonesas de inserción aguantaron el tipo durante la crisis y ya han regresado a la senda del crecimiento. El sector logró sobreponerse al parón que sufrió entre 2010 y 2012, cuando perdió casi 100 empleos, y ahora incluso ha mejorado la estructura que tenía en el 2008. Entonces contaba con diez empresas y 250 empleados, mientras que actualmente la plantilla total alcanza los 273 trabajadores. Esta cifra, además, crecerá a corto plazo, ya que se prevé la incoporación de hasta tres compañías.

«Se acaba de constituir la undécima firma en Aragón y al menos hay una o dos iniciativas que podrían ver la luz a corto plazo», destacó ayer a este diario el presidente de la Asociación Aragonesa de Empresas de Inserción (Arei), Carlos Lázaga, que recordó que el 55% de los empleados de este tipo de empresas son ciudadanos en riesgo de exclusión social (parados de larga duración sin subsidio, menores procedentes de casas de acogida o reformatorios, reclusos en tercer grado...), mientras que el resto es el personal de administración de las propias compañías.

A pesar del buen momento que atraviesa el sector, la asociación Arei quiere seguir dándose a conocer a las compañías privadas para estrechar lazos. Por eso, ayer celebró una jornada en Zaragoza en la que se recordó que colaborar con este tipo de firmas es una «buenísima oportunidad» de desarrollar la responsabilidad social. En este sentido, Lázaga insistió en que el objetivo de las empresas de inserción es lograr la inclusión social mediante el acceso al mercado laboral ordinario. Así, durante un máximo de tres años los ciudadanos en riesgo de exclusión pueden hacer un itinerario de inserción y formarse para luego dar el salto a las compañías tradicionales.

MEJORA LA INSERCIÓN/ Además de elevar la carga de trabajo de estas firmas, la recuperación económica también ha mejorado los índices de inserción. «Ahora casi el 40% de los que completan el itinerario se reincorporan al mercado laboral, cuando hace tres años apenas lo lograba el 20%», señaló Lázaga, que aplaudió el apoyo de la administración en esta materia, destacando el Plan de Empleo Social que el Ayuntamiento de Zaragoza puso en marcha hace cinco años. La primera empresa aragonesa de inserción se constituyó en 1997.