El Gobierno de Rudi ha metido en el paro a Aragón. No solo durante su mandato está aumentando el número de personas desempleadas, que está creciendo y mucho, sino que, además, no se vislumbra ninguna salida porque la gestión de PP y PAR ha adormecido a la comunidad. No se gestiona, se apagan fuegos, no hay proyectos, no surgen ideas y, lo peor, no se sabe cómo hacer frente al mayor problema social de Aragón. Como el Gobierno Rajoy tampoco colabora --también es un problema de España--, ahí estamos, a verlas venir.

Y es que el Ejecutivo aragonés gestiona a golpe de problema puntual, no con iniciativas. Se ve claramente en la sanidad y en la educación. Cuentan que los servicios de estos departamentos --en especial los de bienestar social-- están desbordados de trabajo y sus funcionarios no pueden darse ni un respiro. Por contra, en otras muchas consejerías hay departamentos que están mano sobre mano, sin nada que tocar --vivienda, transportes, comunicaciones...--, sin nadie a quien atender. Rudi ha sido capaz incluso de amansar al superactivo consejero Aliaga. El Pignatelli por la tarde es un desierto. No hay nadie. Ni consejeros. A alguno ya se le ve a las cinco de la tarde con jersey caminando por Zaragoza, otro pasa el rato con sus amigos de siempre donde siempre y la mayoría come en casa y más cerca de las 2 que de las 3. Así se gestiona el desempleo, mirando para otro lado.

¿Por qué la presidenta no ha cogido de frente el tema del paro y ha convocado en su despacho a todos los partidos con representación parlamentaria, a los sindicatos y a los empresarios (a los que conforman el pacto social y a alguno más) para hacer una puesta en común y buscar soluciones y alternativas? Dicen que porque no sabe qué hacer. Porque la consejería de Empleo, la de Bono, tampoco le aporta nada y porque Rudi es fiel a su presidente Rajoy, confía en que la situación cambiará porque es tendencia nacional y porque un pacto por el empleo en Aragón con otras fuerzas políticas supondría tensar la situación con Madrid. Y no es su estilo.

Solo confía en ese Plan Impulso. Que si llega, lo hará en pleno verano --muy tarde--, y no se sabrá muy bien qué partidas tendrá, como las del ejercicio pasado. Eso es segundo plano. Más cuando desde ese plan hasta se subvenciona calladamente a organizaciones en crisis.

Solucionar el paro es algo más serio. También para los sindicatos y para la oposición que no pueden dar muestras de decadencia. La ciudadanía aragonesa está ya muy descreída y ver a los mayores sindicatos (UGT y CCOO) entrar en la sede del mayor partido de la oposición (PSOE) para unirse contra el empleo no es nada creíble. No son tiempos de mesas progres, más cuando ninguno está libre de no haber engordado el desempleo y encima, sentándose en la misma mesa el milagro de las cuentas del Real Zaragoza...