El transporte ferroviario de mercancías en Aragón ha resistido las embestidas de la crisis del coronavirus. El balance es satisfactorio teniendo en cuenta las adversidades de todo tipo que se han producido en el 2020, marcado por las dificultades en el comercio internacional. La Terminal Marítima de Zaragoza (TMZ), el principal nodo logístico intermodal del interior de España, operó el pasado año un total de 3.025 trenes, una cifra que supone un nuevo récord con respecto al 2019, cuando se movieron 2.985. Los resultados de los puertos secos de Plaza y Monzón también son positivos, lo que pone de relieve el potencial de crecimiento que la comunidad tiene en este segmento, donde hay previstas las grandes inversiones para mejorar y ampliar infraestructuras, gran parte de ellas para dar el salto a la operativa de trenes de hasta 750 metros de longitud (los actuales son de 550).

Aunque circularon más trenes, el volumen de mercancías de la TMZ se estancó en 92.000 contenedores ferroviarios y 350.000 TEUs (la unidad de medida del transporte ferroviario), con un leve descenso respecto a las cifras del 2019 (93.060 y 356.675, respectivamente). «Los operadores han garantizado el servicio pese a la pandemia, aunque la optimización de los trenes ha sido menor», explicó Ramón Adé, director de la terminal, cuyo accionariado está compuesto por MercaZaragoza (56%), Puerto de Barcelona (21), el Gobierno de Aragón (20%) y bancos (1%).

Exportaciones marítimas

«En un año muy complejo, la actividad se ha podido mantener. A pesar de las restricciones de movilidad, las mercancías han circulado», destacó Adé. El resultado de la TMZ es reflejo del buen comportamiento que tuvieron las exportaciones aragonesas, que apenas bajaron un 0,6% en el 2020, frente a la caída media del 10% en el conjunto de España, y a pesar de que bajó el 9,5% del PIB de la comunidad.

Las ventas al exterior de Aragón por vía marítima, la especialidad de este complejo, incluso crecieron un 6%, según datos de la terminal.

¿Que viajó en los trenes que salieron de estas instalaciones? El mayor peso lo tiene el sector agroalimentario, con el porcino a la cabeza, que ha disparado el uso del canal de frío puesto en marcha a finales del 2016 con contenedores reefer (refrigerados). La alfalfa, el vino y las conservas también tiene su hueco, mientras que en carga seca destacaron el textil (retail) y lo relacionado con la industria del automóvil.

Inversiones previstas

Las principales conexiones de la terminal zaragozana son con el Puerto de Barcelona, con cinco trenes diarios de carga a través de las dos vías convencionales que les unen, una por el norte (Lérida) y otra por el sur (Caspe y Tarragona). Estas vías van a dar un salto cualitativo en los próximo tres años, con la ampliación de los apartaderos para que circulen trenes de mercancías de hasta 750 metros de largo, en lugar de los actuales 550, lo que redundará una mejora de eficiencia y de los costes del transporte.

La inversión asciende a 30 millones de euros y correrá a cargo del Puerto de Barcelona, que considera fundamental estas actuaciones para «mejorar la conectividad ferroviaria con sus mercados». Adif se encarga de la redacción y aprobación de los proyectos constructivos, de los que ya ha licitado el correspondiente a la primera fase Zaragoza-Reus, que tienen un plazo de redacción de 12 meses, y está pendiente el de la superestructura (señalización y comunicaciones).

En paralelo, la TMZ también se prepara para poder recibir trenes de 750 metros y prevé licitar en primavera el proyecto constructivo para ampliar sus vías, una actuación que lleva en espera ya más de diez años. El otro gran objetivo de la terminal es la conexión con Valencia. «En el momento que se den las condiciones y haya una solución competitiva iremos allí», aseguró Adé.