El sector agroalimentario aragonés afronta un reto enorme: pasar de ser «el granero» de España a convertirse en «la despensa». Un salto cualitativo que, de producirse, dispararía el empleo en esta industria, tal y como se destacó ayer en una jornada celebrada en Zaragoza y organizada por el Consejo Social de la Universidad y el Consejo Empresarial de CEOE Aragón.

Para poner de manifiesto ese déficit estructural, el presidente de la Asociación de Industria Alimentarias de Aragón (AIAA), Félix Longás, subrayó que la comunidad «solo transforma el 40% de la carne que produce». «Eso produce algunos desequilibrios, como por ejemplo que el sector cárnico represente el 62% de la facturación de la industria agroalimentario aragonesa, pero solo el 36% del empleo», indicó Longás.

En este sentido, la directora corporativa de Grupo Jorge, Carmina Samper, una de las participantes en la mesa redonda de la jornada, destacó que Aragón produjo el año pasado 13 millones de cerdos y que solo sacrificó 5,5 millones. «Esto no es bueno, pero creemos que el crecimiento será natural», apuntó Samper, que recordó el proyecto de ampliación de su centro de Zuera, que «en dos o tres años» supondrá la creación de 2.000 empleos.

El reto pendiente aún es más relevante si se tiene en cuenta, como dijo Longás, que el agroalimentario es el sector que «más población fija al territorio».

Otro de los participantes en la mesa redonda fue el director general de Guissona, Jaume Alsina, que reiteró que los plazos de su macrocomplejo de Épila van según lo previsto. «Esperamos tener en tres semanas la declaración del Plan de Interés General de Aragón», dijo Alsina, que recordó que la construcción del centro empezará en el 2020.