No corren buenos tiempos para el sector del acero, pero comienzan a percibirse síntomas de recuperación tras un largo periodo de vacas flacas. En esa situación se inscribe ArcelorMittal Zaragoza, propiedad del gigante siderúrgico del mismo nombre y ubicado en el Parque Tecnológico del Reciclado (PTR), que, después de seis años en crisis (desde el 2008) y un bajo nivel de actividad, ha logrado elevar su producción un 10% en el 2014. La tendencia positiva continuará también en el actual ejercicio, según las previsiones de la empresa, que espera volver crecer entre el 10% y el 15%.

La factoría, que tiene su origen en la firma zaragozana Rico y Echeverria, se trasladó desde el bario del Picarral a su actual ubicación en el 2007. Las nuevas instalaciones, de 71.000 metros cuadrados construidos, supusieron una inversión de 180 millones de euros y permitieron duplicar su capacidad de producción, que asciende a 611.000 toneladas de acero al año y 530.000 toneladas de productos laminados.

Sin embargo, el lanzamiento de este ambicioso proyecto chocó de bruces con la crisis. No en vano, los productos que fabrica a partir de la chatarra son destinados, principalmente, a la construcción (cimentación), la obra civil o la fabricación de grúas y torres eléctricas, sectores que han sufrido un franco declive en estos años. Así, la actividad de la planta cayó de forma brusca en el 2008 y no ha empezado a reponerse con nitidez hasta el pasado año.

A pesar de venir mal dadas, ArcelorMittal Zaragoza ha mantenido el tipo en estos años, sin que la plantilla (compuesta por 268 empleados directos y 75 indirectos) se haya resentido. Esto ha sido posible gracias a la fuerte apuesta por el comercio exterior, que ha pasado a suponer entre el 65% y el 70% de la cifra de negocios de la factoría, cuando antes de la crisis representaba no más del 30%. Francia y Reino Unido son sus principales mercados, además de Argelia, con el que ha cerrado grandes contratos en los últimos años para fabricar torres eléctricas.

La otra tabla de salvación de la acería zaragozana ha sido su intensa mejora de la competitividad. "Hemos hecho mucha reingeniería de procesos para ser más competitivos", explicó ayer Jordi Torné, director gerente de la planta, durante una visita a las instalaciones del PTR.

CONSUMO ELÉCTRICO

Actualmente, la fábrica trabaja al 80-85% de su capacidad, porcentajes que no se consideran especialmente altos en este sector que requiere de un rendimiento máximo por sus elevados costes. "No estamos en una situación cómoda, pero hemos mejorado mucho para ser más competitivos y hay margen para seguir avanzando", destacó Torné.

El contexto sigue siendo complejo porque la construcción no remonta el vuelo con suficiente brio. A la incertidumbre sobre la evolución de la demanda se suma además la constante inquietud sobre otro elemento clave para esta industria: la energía, que representa entre el 25% y el 30% de sus costes de actividad. De hecho, la fábrica de ArcelorMittal es uno de los mayores consumidores de luz de Aragón. En este sentido, Torné lamenta los cambios del régimen interrumpilidad (prima) y el elevado precio de la electricidad en España, que supone para industria un 30% más cara que para sus competidores europeos.