El presidente de la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón (ADEA), Salvador Arenere, ha llamado a la responsabilidad de todos ante la situación que vive la planta de Opel en Figueruelas (Zaragoza) y ha afirmado que "hay que hacer sacrificios que a lo mejor no son fáciles de entender", por lo que se juega Aragón.

Porque lo importante es "salvar una posición" que da un alto porcentaje del PIB a Aragón y genera mucho empleo, ha aseverado Arenere, quien espera por tanto "inteligencia" y responsabilidad de todos los actores principales.

Arenere ha hecho estas declaraciones en la presentación, junto al secretario general de ADEA, José Guillén, del último indicador de opinión de la entidad realizado sobre respuestas de 248 directivos (el 17,7 por ciento directores generales) correspondiente al segundo semestre de 2017 y sus perspectivas para el primer semestre de este año, en el que precisamente destaca la preocupación por la dependencia de la economía aragonesa del sector de la automoción.

El peso de este sector, ha dicho, preocupa por la necesidad de adaptación a los recientes movimientos de integración del sector en Europa y los ajustes de producirán los "profundos cambios tecnológicos y energéticos, unido a la fuerte competencia que se atisba desde Asia, que "modificará el actual mapa de producción de vehículos".

Ha recordado las deslocalizaciones que se han producido en distintos sectores, en su día con el textil o el calzado en Aragón, y ha advertido de que "ahora hay un riesgo evidente" y preocupación con la automoción, ya que fuera de España y de Europa se están fabricando coches con alta tecnología y a precios muy competitivos.

"En China trabajan las horas que trabajan y paran once minutos para comer; no sé si es justo o injusto, pero la realidad es que están produciendo unos coches que invaden el mercado" y eso, ha apuntado, ha propiciado que las multinacionales se hayan agrupado en España y "tienen que ganar en eficiencia y en competitividad".

Para los directivos que han participado en la encuesta, continua la estabilidad pero con "incertidumbre" para los próximos meses, ya que todos los sectores han crecido en empleo en el último semestre y con buenas expectativas para el próximo en la mayoría de los casos, excepto en los relacionados con la automoción y los más dependientes de ventas con Cataluña.

Respecto a Cataluña, Arenere ha advertido de que persiste entre los directivos la preocupación sobre las afecciones que pueda haber, que dependerá de la evolución de la situación.

Según el sondeo, la obtención de financiación ya no es un problema para los directivos, pero las perspectivas más pesimistas crecen para el primer semestre de este año respecto a las plantillas, las ventas, las exportaciones y las importaciones, aunque en todos los casos predomine la mejoría y estabilidad.

Así, la mayoría de los encuestados creen que la situación general mejorará (59,2 %) o seguirá estable (39,1 %), pero empeorará para el 1,7 por ciento frente al 0,3 % del último semestre de 2017.

Además, el 5,3 por ciento prevé reducir plantilla y el 4 % espera que empeoren las ventas y las exportaciones (casi 3 puntos más y el doble, respectivamente, que en el segundo semestre de 2017) y el 2,3 las importaciones frente al 1,3 por ciento entre junio y diciembre.